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La Gaceta
Salamanca
Viernes, 19 de abril 2024, 21:36
El británico Alex Garland (1970) está considerado un visionario del cine independiente contemporáneo. Si primero se dio a conocer como escritor (su novela La playa inspiró la adaptación de Danny Boyle con Leonardo DiCaprio), pronto saltó al largometraje como guionista del propio Boyle en 28 ... días después (2002) y Sunshine (2007), hasta que debutó como realizador con la perturbadora Ex Machina (2015), que llegó a aspirar al Oscar. Desde entonces, se ha consolidado como autor de ciencia ficción en Annihilation (2018), Men (2022) y la serie Devs (2020), siempre con una puesta en escena milimétrica, un ritmo sosegado y unos argumentos filosóficos repletos de dudas morales. En Civil War se aleja de su género habitual para adentrarse en el realismo bélico, pero de nuevo plantea un futuro cercano y distópico: el colapso de EEUU debido a una guerra civil desoladora. Después de que los estados de Texas y California se subleven, el caos se apodera del país. Desde Washington, el presidente lo reprime con una violencia tiránica. Un grupo de reporteros recorre Norteamérica para documentarlo todo. Civil War se estrena este fin de semana en las salas de Van Dyck Tormes.
Detrás de la producción se encuentra el prestigioso estudio A24, que en la última década ha dado lugar a hitos como Hereditary, Midsommar y las premiadas Moonlight o Todo a la vez en todas partes. El filme de Garland ha contado con el presupuesto más alto de la historia de la compañía (50 millones de dólares), pero ya su primer fin de semana ha sido el mejor de todo su catálogo. Al primer puesto en la taquilla estadounidense hay que añadir el intenso debate social que ha suscitado su temática, en pleno año electoral y con el previsible regreso al poder de Donald Trump. Precisamente el asalto al Capitolio de los partidarios del político republicano en 2021 fue uno de los motivos por los que Garland empezó a escribir el guión, muy anclado en nuestra realidad. En él, el -ficticio- presidente se aferra a su cargo en una tercera legislatura (la ley en EEUU fija un máximo de dos mandatos), mientras en las calles se desata la histeria colectiva, el miedo y el conflicto. La película juega con la ambigüedad al no especificar la ideología de los bandos ni tomar partido. Se limita a denunciar los peligros de la polarización y el maniqueísmo, en una democracia cada vez más debilitada. También reivindica la importancia del periodismo frente al ruido y la propaganda de las redes sociales. Ahí entran en juego los reporteros de guerra que encarnan Kirsten Dunst (María Antonieta), Cailee Spaeny (descubierta en Priscilla) y el brasileño Wagner Moura (el Pablo Escobar de Narcos). Este thriller bélico dejará huella por sus escenas de acción -crudas, incómodas y muy verosímiles- y por un mensaje tan real que aterra.
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