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La joven invidente Claudia Iturregui con Miel, su perra guía, por la fachada de la Facultad de Derecho. FOTOS: ALMEIDA
Claudia, una estudiante ciega de Derecho que sueña con ser abogada: «Mi perrita guía me acompaña a las clases»

Claudia, una estudiante ciega de Derecho que sueña con ser abogada: «Mi perrita guía me acompaña a las clases»

Claudia Iturregui, alumna en la Universidad de Salamanca, es una de los 61 niños y jóvenes invidentes que ha regresado de nuevo a las aulas junto a Miel, su perra lazarillo

Celia Luis

Salamanca

Martes, 12 de septiembre 2023, 11:38

La bilbaína Claudia Iturregui es una joven alegre, optimista, organizada y con una valentía admirable. Cualidad indispensable que le llevó el año pasado a abandonar su ciudad natal para estudiar Derecho en la Universidad de Salamanca gracias al programa de movilidad SICUE. Actualmente, es una de los 61 niños y jóvenes ciegos o con discapacidad visual que ha regresado de nuevo a las aulas junto a Miel, su perra guía, en la ciudad. «Una de las razones por las que me he quedado a terminar la carrera aquí es porque Salamanca me ha aportado mucha independencia», expresa la joven.

Con tan solo cinco años le diagnosticaron un problema en el nervio óptico y poco a poco fue perdiendo la visión. «Empecé a estudiar braille cuando todavía veía con ayuda de libros que contenían siluetas de diferentes texturas. Con 8 años me quedé ciega del todo y comencé a usar bastón. En ese momento, mi madre me dijo que iba a ver con las manos y yo la tomé por loca«, cuenta.

Según Claudia, la adaptación fue «más dura para su entorno». «Yo era una niña y asumí lo que me pasaba, no entendía por qué no veía y simplemente tiré para adelante. Para mí la ceguera no es de las discapacidades más limitantes, pues nos podemos mover y expresar lo que nos pasa, no nos aísla«, confiesa sin perder la sonrisa.

Su día a día es igual al del resto, aunque asegura que tarda más tiempo en hacer las cosas. Vive en una residencia de estudiantes y aunque a veces pide consejos a sus amigos, intenta tenerlo todo organizado simplemente para no «tropezarse» o para «combinar bien los colores» a la hora de vestirse.

Desde hace seis meses, Claudia dejó su bastón para formar un tándem inseparable y fiel con Miel-su perra guía-. «La experiencia es muy diferente, la adaptación ha sido complicada porque tuve que enseñarla, conocerla y que ella me conociera a mí para formar un equipo. Con ella me siento más segura y no deja que me caiga. Es un sentimiento precioso, la quiero muchísimo», explica.

Claudia con Miel en una de clases de la facultad. ALMEIDA

La perra guía acompaña a Claudia en todo momento y también acude a las clases de Derecho. «No le deben de gusta mucho porque se echa unas siestas increíbles. El curso pasado, que fue la novedad, mis compañeros no paraban de mirarla, ahora ya es una más en las clases«, asegura.

Cuando era pequeña se decantó por estudiar Derecho. «Quise ser escritora, profesora..., pero cuando alguien me explicó que un abogado defendía para meter o sacar a alguien de la cárcel, dije que quería ser eso de cabeza», manifiesta.

Para ella, la educación en España ha evolucionado «muchísimo» desde que empezó a los tres años y actualmente se siente respaldada por el sistema educativo y por los demás universitarios. «Aunque todavía queda trabajo por hacer, hay más medios y derechos. Además, las tecnologías son un apoyo muy importante«, reconoce.

Para coger apuntes, estudiar o hacer los exámenes de Derecho, la joven tiene su propio ordenador, donde recoge las explicaciones de los profesores. Para estudiar, cuenta con un lector de pantalla y línea braille, que permite repetir y escuchar los textos. Lo mismo que para escuchar los mensajes en su teléfono móvil. «Los exámenes son los mismos que los de mis compañeros, solo que yo me pongo los cascos para escuchar los enunciados que me dicta el programa de lectura», manifiesta.

La joven pasea por el Campus Universitario. ALMEIDA

En general, Claudia cree que la sociedad da apoyo a los jóvenes invidentes, aunque desde que tiene a Miel le han negado la entrada en algunos comercios. «Les tengo que explicar que existe una legislación que nos ampara, pero en ocasiones hacen caso omiso y no me dejan entrar, alguna vez he tenido que llamar a la policía», lamenta. Pese a ello, vive su vida con una sonrisa y lucha por conseguir sus sueños. «Me gustaría ser letrada de Derecho civil, pero quién sabe, lo mismo acabo el tributario«, concluye.

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