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Las ITS (infecciones de transmisión sexual) se están convirtiendo en el motivo de consulta más recurrente por los jóvenes que residen en Salamanca.
«Por los general, los jóvenes frecuentan al médico menos que los mayores porque su salud es mejor», explican los profesionales de Atención Primaria, que sí perciben una mayor tendencia a solicitar analíticas por parte de este grupo de población:
«Hay mucha gente que toma suplementos que les recomiendan en el gimnasio y conviene tener cuidado con lo que toman porque puedan ser dañinos para los órganos. En los últimos años se ha notado que muchos jóvenes piden análisis de control por este motivo», indican profesionales salmantinos.
Pero otro de los motivos para solicitar una analítica es la sospecha de una infección de transmisión sexual.
«Posiblemente, de lo que más estamos viendo son casos de clamidia», relata el doctor Lucas Fernández. «Se han multiplicado y quienes más lo estarán notando son las matronas», asegura.
El especialista en Medicina de Familia recuerda que «aunque es una infección que se quita relativamente fácil, lo preferible es no contraerla porque puede derivar en problema varios, pero uno de ellos es que si no se trata bien genera esterilidad».
La clamidia puede producir síntomas similares a la gonorrea, como dolor al orinar y secreción genital, así como también dolor abdominal y sangrados entre períodos menstruales.
Su tratamiento es a base de antibióticos y deben realizarlo la persona diagnosticada como su pareja -si la tuviera-, independientemente de que no tenga síntomas.
Según reportaban meses atrás desde la consulta especializada del Hospital de Salamanca, la incidencia de la clamidia se duplica rápidamente porque una cosa son los datos que aparecen en el registro de enfermedades de declaración obligatoria, y otro los contagios reales que nunca se llegan a notificar.
La tasa de infecciones en Castilla y León durante 2021 fue de 11,2 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que en los hombres fue de 5,7 casos. La franja más peligrosa fue la de mujeres de 30 a 34 años. Los casos pasan de 78 en el año 2018 a 203 durante 2021.
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