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'La Pascua triste'. Con este título de la obra de Gonzalo Torrente Ballester, la propietaria de la librería La Galatea, Begoña Ripoll, anunciaba el cese de su actividad y el cierre del último rincón literario de la calle Libreros.
Lo hace tras haber sido vendido el edificio donde se encontraba su negocio, tras lo que ha anunciado un periodo de liquidación de su material que durará hasta el próximo 30 de marzo. «La impresión brutal de saber que mi librería desaparecerá en apenas un mes me está vacunando temporalmente contra cualquier atisbo de emoción, pesadumbre, desconsuelo…», detalla a través del mensaje publicado en su web. «Mi vida como librera anticuaria ha resultado tan dichosa…», resume sobre los sentimientos que la embargan estos días.
La propietaria recuerda que la librería ha permanecido abierta durante más de 28 años cumpliendo el sueño que tuvo desde adolescente. «Ha sido un auténtico privilegio trabajar rodeada de libros. Me gustan todos: antiguos, modernos, ilustrados, técnicos, anotados, biográficos, infantiles, enciclopédicos, raros, curiosos», incide. Aunque reconoce estar en «shock», también asume que no tiene tiempo para derramar lágrimas.
«Aún no lloraré: ni hoy, ni el domingo, ni las próximas cuatro semanas; quiero exprimir este último mes en la calle Libreros, número 28, frente a la famosa rana de la famosa Universidad de Salamanca. Cerraré las puertas definitivamente el 30 de marzo, Sábado Santo. Mi Pascua triste».
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