La cesta de la compra sube en dos años tanto como en los 15 anteriores

Para llenar la cesta de la compra con los mismos productos que hace dos años, por cada cien euros que los salmantinos gastaban entonces ahora necesitan casi 125. El fuerte impacto que la inflación ha tenido en la alimentación supone que los hogares de la provincia hayan tenido que hacer frente en solo 24 meses a una subida de precios similar a la que se registró en los 15 años anteriores. Sin embargo, la mayor parte de esta escalada en los precios de productos básicos se registró en 2022, ejercicio en el que, con un 18,5%, Salamanca fue la sexta provincia del país en la más se encareció la alimentación. Conforme a los datos del Índice de Precios de Consumo (IPC) de diciembre que publicó este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el ejercicio que se acaba de cerrar éste ha sido, por el contrario, el territorio de toda España en el que menos se ha encarecido la cesta de la compra (5%). En cualquier caso, con la suma de ambos ejercicios, la subida ha sido del 24,42% frente al 21,85% de aumento que se registró entre 2006 y 2021. En esta escalada se incluye el último repunte que sufrieron los alimentos en diciembre (0,6%) vinculado al incremento de consumo por las fiestas navideñas.

El contrapeso a la cesta de la compra fue durante 2023 la energía, que por segundo año consecutivo bajó sus precios. El IPC de la electricidad, el gas y los combustibles en Salamanca experimentó un descenso del 17,32% de diciembre a diciembre, muy similar a la registrada en el conjunto del país. Desde 2021 la caída ha sido del 24,67%, lo que ha ayudado a contrarrestar el encarecimiento de los alimentos. Y, pese a ello, no se ha logrado recortar la pronunciada subida de precios que la energía vivió tras la invasión rusa de Ucrania. De hecho, hoy está un 17% más cara que en 2020, cuando comenzó la escalada.

Alimentos y energía son los dos elementos que durante los últimos años han ido marcando el ritmo de crecimiento del IPC. Y en 2023 han sido fuerzas contrapuestas. Así, al cierre del ejercicio, el incremento anual del coste de la vida se sitúa en un 3%. Es la mitad del aumento registrado en 2022 (6%) y aún menor que el de 2021 (7,2%), pero, aún así representa una subida importante si se compara con los años anteriores. En la década inmediatamente interior, de 2011 a 2020, la subida anual del IPC en la provincia no llegó ningún ejercicio al 3%. Y, por otra parte, aunque haya empezado a moderarse la presión de la inflación sobre los hogares, lo cierto es que las familias tienen hoy que hacer frente a unos productos y servicios que han subido un 17,04% desde las semanas previas a la declaración de la pandemia del coronavirus.

En cualquier caso, la cesta de la compra fue en 2023 el principal freno a la «desinflación». Si bien han moderado su ritmo de incremento, los precios han continuado subiendo. Las medidas aplicadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para aligerar el impacto en los bolsillos de los hogares —eliminación o reducción del IVA en productos básicos— no han sido suficientes para revertir el encarecimiento de los alimentos de primera necesidad.

No obstante, los productos que más se encarecieron durante el pasado ejercicio en Salamanca fueron los vinculados con el turismo. Los servicios de alojamiento subieron un 12% y los paquetes turísticos, un 8,97%. Por el contrario, en 2023 descendieron los precios de los equipos de telefonía (-9,34%). Y también se abarataron los servicios de transporte (-8,38%). Hay que tener en cuenta que durante el pasado ejercicio los billetes de autobús urbanos y metropolitano permanecieron al 50% para quienes usan bonobús, y los viajes en tren desde Salamanca a Madrid y Valladolid fueron gratis para los titulares de abonos. En este caso, las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, en colaboración con ayuntamientos y la Junta, sí supuso un importante freno a la subida de precios.

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