La cesta de la compra, un 27% más cara en dos años

Ciertamente, según el Índice de Precios de Consumo (IPC), la cesta de la compra ha subido en el último año un 10,5%. Sin embargo, esta lectura resulta parcial a la hora de evaluar el impacto que la inflación ha tenido en el bolsillo de los hogares salmatinos, porque en julio de 2022, doce meses antes, los precios que se encontraban en los supermercados ya estaban por las nubes, aunque no tanto como ahora, claro está. Hace falta remontarse dos años atrás para tener una perspectiva más real de la escalada de precios que se ha registrado en la cesta de la compra. Tomando como referencia el propio IPC, concretamente el subgrupo que incluye solo los alimentos, el encarecimiento ha sido desde julio de 2021 de casi el 27%. Es cierto que ha bajado unas décimas desde el pasado mayo, cuando se alcanzó el tope, pero ha vuelto a repuntar respecto a junio.

¿Cómo medir el impacto de este aumento en el precio de los alimentos? La subida de la cesta de la compra desde 2021 sería similar a concentrar en solo dos años el encarecimiento de los principales productos del supermercado que se registró en la provincia entre julio de 2006 y julio de 2021. En definitiva, el ritmo de incremento medio de los precios se habría multiplicado aproximadamente por siete en los últimos 24 meses.

Ciertamente el Gobierno de Pedro Sánchez adoptó medidas a principios de año para tratar de frenar este encarecimiento de los productos básicos. Eliminó o rebajó el IVA en alimentos de primera necesidad. Conforme a los datos del Instituto Nacional de Estadística, esta iniciativa no ha logrado, en ningún caso, detener la inflación en la cesta de la compra. En los primeros siete meses del año, se ha encarecido en la provincia de Salamanca un 2,8%, subida que se suma a la acumulada durante el año y medio previo.

Ni siquiera la bajada de la coste de la energía ha logrado aplacar el impacto que está teniendo el alza de los alimentos en el encarecimiento del coste de la vida. Aunque en los últimos días, los carburantes se han disparado, el IPC de julio muestra como en el último año el coste de la electricidad, el gas y otros combustibles descendió en la provincia un 34,6% menos. Pese a esa importante bajada que han experimentados en los últimos doce meses, estos suministros fundamentales para los hogares y las empresas se encuentran a un precio más elevado que en verano de 2021, concretamente un 2,7% más caros. ¿Por qué? Impulsado por la guerra de Ucrania, pero no solo, porque el encarecimiento comenzó meses antes, en Salamanca la energía subió más de un 65% sus precios entre julio de 2021 y agosto de 2022. Aunque desde el pasado verano, se ha logrado contener los costes de la luz, el gas y la gasolina, no se ha conseguido que vuelvan a los precios iniciales. De hecho, en los últimos días se ha notado una nueva escalada en los combustibles.

Así, el coste de la vida en Salamanca que el INE trata de medir continúa disparado. Y la causa principal se puede encontrar en los supermercados. El índice general del IPC en la provincia se situó en julio en 112,8, un 2,57% más que un año antes. Como en el caso de la cesta de la compra ese porcentaje apuntaría a que el impacto de la inflación en el bolsillo de los ciudadanos no es tanto. Sin embargo, si se comprueba la subida del IPC general los dos últimos años sale a la luz la realidad. Lo cierto es que para llegar a fin de mes los salmantinos necesitan ahora recortar gastos o pagar por los mismos productos y servicios un 13,5% más que en julio de 2021.

Pese a que son los alimentos los que más están determinando la fuerte inflación que soportan las familias, no son el producto que más se ha encarecido en el último año. Lo cierto es que la mayor subida se ha registrado en el coste de los paquetes turísticos, un 26,8%. Le siguen el suministro de agua y otros servicios relacionados con la vivienda con un encarecimiento del 11,8%, y la cristalería, la vajilla y los utensilios para el hogar, un 11,4%. Del otro lado, tras la relativa caída de precios de la luz y el gas —que han bajado menos de lo que subieron durante la pronunciada escalada del año anterior—, continúan bajan de precio los medios de transporte —un 13,4% en el último año—, principalmente como consecuencia de los billetes de autobús y tren subvencionados por el Estado, pero también por comunidades autónomas y ayuntamientos.

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