Denisa Dilber, una joven de Asprodes con discapacidad intelectual, acaba de cumplir 26 años y lo ha hecho con un sueño cumplido. Ella es una de las participantes del proyecto pionero que lleva a cabo Asprodes en los Huertos Urbanos y la Lonja, con la colaboración del Ayuntamiento, y que facilita la integración sociolaboral de personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social. Este es su segundo año formándose en el ámbito de la hostelería. Gracias a este programa, ha conseguido un puesto de trabajo que le permite sentirse feliz y realizada: «Tengo en mi casa un cartel con todas las cosas positivas que tengo en mi vida para poder transmitir mi alegría a todo el mundo».
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Después de casi una década formando parte de Asprodes, la joven se muestra muy implicada con la entidad. Terminó su etapa educativa en el Centro de Educación Especial 'Los Tilos' y actualmente está cursando su segundo año con un contrato de formación en alternancia que le capacita para salir al mercado laboral y trabajar en el sector hostelero. Con enfoques tanto teóricos como prácticos, un 65% del tiempo se destina a jornadas de trabajo y el restante 35% a formación. «Las clases se hacen muy amenas. Los grupos son de unas quince personas y hacemos tareas de equipo, debates con diferentes opiniones y analizamos cómo es la hostelería ahora y cuál es su historia entre otras actividades», asegura Dilber. Además, la joven resalta la labor del profesorado, que ofrece una atención individualizada a cada alumno. «Podemos interrumpir si hay cosas que no entendemos y nos explican todo de nuevo hasta que lo comprendemos», explica. Dentro de los grupos también se forjan lazos de unión entre los integrantes. «Aunque cada uno tenemos situaciones y realidades diferentes, dentro del grupo hay una buena relación», afirma Dilber. En este programa participan tanto personas con discapacidad como en riesgo de exclusión.
Durante el tiempo que reciben formación para conseguir un certificado de profesionalidad, los participantes pueden capacitarse en otras especialidades formativas para aumentar y completar sus aptitudes de cara a su inminente salida al mundo laboral. Debido a esto Dilber, que cursa el certificado de profesional gastronómico, ha optado también a completar su formación en materias como atención al cliente o catering. «Mi madre es cocinera, pero siempre quise aprender otro tipo de cosas nuevas», afirma la joven.
Actualmente, la integrante de Asprodes trabaja como camarera de los espacios gastronómicos de la Lonja de los Huertos Urbanos y del Centro Municipal Integrado Victoria Adrados. «Mucha gente me asegura que soy la mejor camarera y que les atiendo siempre con una sonrisa. Me dicen que les alegro los días malos y que les contagio mi felicidad», reconoce. El trato directo con el cliente es una de las cosas que más agradece y disfruta durante sus jornadas de trabajo.
«Asprodes nos brinda una forma fácil para poder encontrar un trabajo. Además, nos dan oportunidades para elegir y eso es muy importante», explica la joven. Ella misma se encuentra muy comprometida con la entidad y representa a las personas con discapacidad en un foro que representa a este colectivo a nivel de toda la Comunidad. «Poder representarles es una experiencia muy buena, aunque también es una gran responsabilidad», afirma.
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