El Ayuntamiento se ha metido en un callejón sin salida en esto de los alojamientos turísticos, donde solo están entrando las administraciones públicas —ayuntamientos y comunidades autónomas— que tienen serios problemas porque el «boom» les ha desbordado y se están enfrentando a problemas nuevos que no están regulados.

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En Salamanca, independientemente de que haya que regular una actividad nueva, de momento este tipo de alojamientos destinados al turismo no estaba ocasionando inconvenientes. Pero el Ayuntamiento ha decidido meterse solito en un «charco» de barro y los ha homologado a hoteles pequeños con sus limitaciones, figura que sí recoge el Plan General del 2007. Los ha homologado a efectos de restringir la actividad, pero les cobra las tasas e impuestos, como la de basuras, que están ingresando como si fueran totalmente legales. Y no contento con «errar» una vez, algo que ha admitido el propio Ayuntamiento, sigue «erre que erre» perseverando en el error.

Una vez que ya han aprobado la ordenanza y que está en vigor desde el mes de diciembre, ordenanza que pone blanco sobre negro que las viviendas por encima de un primer piso no pueden ejercer la actividad turística y tienen que cerrar el negocio, le sigue intentando cobrar la basura al precio de hoteles y como si la pudieran ejercer. Esto desde luego tiene un nombre.

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