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El profesor de la Universidad de Salamanca y jefe de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Hospital se ha convertido esta semana en nuevo catedrático de la Facultad de Medicina.
Próctor internacional, cardiólogo de referencia en el campo de la hemodinámica, ha recibido todo tipo de distinciones... ¿Con una trayectoria así, qué supone para usted convertirse en catedrático?
-Es un gran orgullo y supone la culminación de un proyecto de muchos años. Desde el principio de mi carrera profesional estuve interesado en la docencia y he seguido todos los pasos: tesis doctoral, profesor asociado, profesor titular y ahora catedrático de una de las universidades más importantes de España y con más historia en todo el mundo. Es una gran satisfacción.
Ahora que se debate sobre crear facultades de Medicina, se recuerda que no es fácil encontrar profesorado de calidad. ¿Son los docentes quienes marcan las diferencias?
-Evidentemente, el profesorado y los estudiantes componen las facultades. Es cierto que hay que asegurar unos mínimos de calidad en la docencia y eso se consigue con el sistema de acreditaciones que funciona en todo el país, tanto para ser profesor como para ser catedrático. Hay un proceso que garantiza que todas las facultades de Medicina cumplan unos mínimos.
Pero la Cardiología salmantina es bastante más que 'mínimos'.
-Dentro de la Cardiología solo puedo hablar bien de quienes han sido mis compañeros y mis maestros: los profesores Martín Luengo, por Pabón o Pedro Luis Sánchez.
¿Hacia dónde va la docencia?
-Los profesores tenemos que adaptarnos a la evolución lógica de las cosas. Durante mucho tiempo la manera de enseñar o de transmitir ha sido siempre igual: la lección magistral. Poco a poco nos adaptamos a otras maneras de enseñar porque lo importante es que los estudiantes aprendan a hacer.
También cambiará el temario. ¿Habrá una asignatura de inteligencia artificial?
-Lo que habrá que hacer son asignaturas más transversales porque campos como la inteligencia artificial o la realidad virtual son conocimientos que todos los que cursan Medicina deberán aprender, pero que son comunes en todas las especialidades. No solo en la Cardiología.
Opinión de catedrático: ¿Cuál es la clave del prestigio de la Cardiología del Hospital de Salamanca?
-Insisto en que es un trabajo de mucha gente. No solo de los que estamos ahora, sino también de los que ya estuvieron y de los que vendrán pronto. Somos un centro de referencia nacional, pero es gracias al apoyo de la Consejería y de la dirección del Hospital. Con ese apoyo se ha conseguido poder atender a más enfermos y realizar procedimientos con técnicas más avanzadas. Es una labor de muchos años de trabajo bien hecho.
Usted podría haber hecho su carrera donde hubiera querido y, sin embargo, está en Salamanca.
-Realmente, después de mi formación en Estados Unidos tuve posibilidades de ir a varios sitios. Incluso de vez en cuando siguen surgiendo oportunidades, pero es que Salamanca es mi casa y la Universidad de Salamanca, también. Creo que nuestro servicio no tiene nada que envidiar a ningún otro a nivel nacional e internacional.
¿Las grandes revoluciones en la Cardiología ya sucedieron o están por llegar?
-Estoy convencido de que habrá avances que nos van a sorprender. Yo empecé con la Cardiología Intervencionista y lo que se hace ahora es ciencia ficción comparado con lo que sucedía hace 20 años. No tiene nada que ver. Los avances en todos los campos han sido tremendos, pero posiblemente en la Cardiología son más sorprendentes, y en poco tiempo. Lo veremos: cosas que ahora no somos capaces de hacer, seguro que en diez años van a ser posibles. Hace poco no tratábamos a enfermos porque pensábamos que someterlos a determinados procedimientos iba a ser contraproducente por el riesgo. Ahora podemos hacer eso mismo a través de catéteres y en el futuro ya no sé cómo lo haremos, pero seguro que nos sorprenderemos.
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