La Capilla de la Misericordia no ha superado la Inspección Técnica de Edificios (ITE) debido a un importante rosario de deficiencias que presenta el monumento, propiedad de la Diócesis de Salamanca, que ahora tiene hasta el próximo 2 de mayo para presentar una licencia o declaración de obra e iniciar las mejoras que garanticen el mantenimiento del edificio, catalogado en el Plan General de Ordenación Urbana por su importancia histórica y artística.
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Los técnicos municipales consideran fundamental la ejecución de un drenaje en toda la longitud de la fachada tanto de la calle Asadería como en la plaza de San Cristóbal. La colocación de un canalón en los aleros del cerramiento de piedra, del que sorprendentemente carece en este momento. Además, la Diócesis tendrá que abordar la reparación de toda la superficie de cerramiento de piedra y rellenar la grieta que se puede apreciar entre el contrafuerte derecho y la fachada de la capilla. También está obligada a eliminar los elementos de piedra que se han construido a ambos lados de los dos contrafuertes que flanquean la puerta principal, así como a demoler el tabique interior de la fachada de la plaza de San Cristóbal y reparar la piedra de la cara interior del muro.
Tras la inspección, también se ha determinado la necesidad de sustituir los vidrios rotos de las ventanas, así como las placas dañadas de la cubierta por otras de características similares, dado que estas son de Uralita. Cabe recordar que la conservación del edificio fue objeto de debate durante el pleno ordinario del pasado mes de septiembre en el Ayuntamiento de Salamanca. En aquel momento el concejal de Fomento, Fernando Carabias, informó de que el Obispado tenía hasta octubre para someter la capilla a la inspección técnica después de haberle concedido una prórroga. «El técnico ya se ha puesto en contacto con el Servicio de Inspección y Obras en varias ocasiones en relación a este caso», señaló Carabias.
Cabe recordar que la Diócesis de Salamanca no cumplió con el plazo ordinario para que la capilla se sometiera a la Inspección Técnica de Edificios, que acabó el 31 de diciembre de 2022, examen obligatorio para todos los edificios de más de 40 años.
Por eso en agosto del año pasado el Ayuntamiento de Salamanca estaba dispuesto a acometer el proceso de forma subsidiaria y posteriormente pasarle la factura a la Diócesis, aunque finalmente el Consistorio amplió el plazo y el Obispado se mostró dispuesto a presentar la ITE dentro del nuevo periodo establecido.
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