Un hombre se refresca en una fuente de Salamanca ALMEIDA

Calor en Salamanca: sí, pero no para morirse

Los decesos provocados por altas temperaturas en junio y julio fueron ocho, un 90% menos que el pasado año, según el Instituto Carlos III

Jueves, 10 de agosto 2023, 07:38

En Salamanca este verano se están registrando altas temperaturas, pero no un calor de morirse. Es llevada al extremo la conclusión que se desprende del sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo) del Instituto Carlos III. Este centro adscrito al Ministerio de Sanidad estima que en junio y julio se han registrado en Salamanca ocho muertes atribuibles al exceso de temperatura. Serían solo una décima parte de las que se contabilizaron en los mismos meses del año pasado, en el que la Agencia Estatal de Meteorología anotó en esta provincia el verano más caluroso de la historia o, al menos, de los 61 años de los que existen datos. En 2022 en Salamanca fueron 76 los decesos que el sistema predictivo del Carlos III atribuyó a las altas temperaturas. Estas pudieron ser el motivo desencadenante de las descompensaciones en numerosas personas con enfermedades crónicas —como confirmó el Servicio de Urgencias del Hospital— pero no fueron, según fuentes sanitarias, la causa final de la muerte, sino que derivaron en cardiopatías o algún tipo de insuficiencia, que es lo que, en la mayoría de los casos, recogen las actas de defunción. En cualquier caso, MoMo permite determinar que, al menos, hasta el 6 de agosto este verano está siendo más «saludable» que el pasado para los salmantinos.

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Es cierto que el verano de 2022 se rompieron todos los 'techos'. Y el 14 de julio se alcanzaron los 40,8 grados en la capital del Tormes, la más alta de las máximas alcanzadas desde que existen datos. Dejando al margen el pasado ejercicio dados los valores extremos que se registraron, la mortalidad atribuible al calor durante este verano continuaría siendo de las más bajas de los últimos años. Solo en los meses de junio y julio de 2018 y 2021, los decesos vinculados al calor fueron menos que este año. Por lo que respecta a los primeros seis días de agosto, el instituto no ha detectado ningún incremento de la mortalidad pero tampoco ningún deceso vinculado al ascenso de las temperaturas. En el conjunto de España, MoMo también apunta un descenso de las defunciones vinculadas al calor con respecto a junio y julio del pasado año.

No obstante, el análisis de MoMo no incluye aún los efectos de la nueva ola de calor que comenzó el pasado martes, cuando los termómetros de la ciudad llegaron a marcar 39 grados, la temperatura más elevada en lo que va de verano. Para prever el impacto que puede tener, el Instituto Carlos III cuenta con el panel Kairós que proporciona alertas de mortalidad asociadas a un exceso o defecto de la temperatura. En base a las defunciones diarias de los últimos diez años, las temperaturas previstas por la Aemet y las registradas en años previos durante el mismo periodo de tiempo, así como de la población de la provincia por grupo de edad y sexo, el centro dependiente del Ministerio de Sanidad avisa de que este jueves y el sábado en la provincia de Salamanca aumenta el riesgo de que se produzca un exceso de mortalidad atribuible a las altas temperaturas. No se trata de un riesgo alto como el que se observa para Madrid, Jaén, Badajoz, Toledo, Ciudad Real o Valladolid, sino de carácter moderado o medio. Un aviso naranja en el que también se encontrarían hoy las provincias de Pontevedra, León, Ávila, Burgos y Sevilla. Por ello, las autoridades sanitarias hacen un llamamiento, especialmente a las personas con enfermedades crónicas, para que mantengan una adecuada hidratación mediante la ingesta frecuente de agua, eviten la exposición al sol durante las horas más calurosas, y vistan ropa ligera, gorra y gafas de sol para evitar insolaciones y golpes de calor.

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