La Inspección Técnica de Edificios (ITE) afectará este año a un número sensiblemente inferior al habitual en Salamanca. Comparado con el ejercicio pasado, suponen un 38 % menos los inmuebles obligados a someterse a la revisión.
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El motivo, que el mercado de la vivienda apenas se incrementó en el año 1984, cuando se construyeron los inmuebles que ahora tienen que pasar la conocida ITV de los edificios por primera vez al superar 40 años.
La segunda crisis del petróleo, datada en 1979, tuvo un efecto notable en la economía española, lastrando la actividad económica del país y, por ende, también la de Salamanca. La situación no remitió definitivamente hasta el año 1986, con el ingreso de España en la Unión Europea, afectando también a la construcción.
“En aquella época se construyó poco, hubo una crisis que afectó al ladrillo, similar a la que luego se produjo en 1992”, explica el presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de la Construcción, Obras Públicas y Auxiliares(Aescon), Manuel Prieto.
Por este motivo, según informa la web del Patronato Municipal de la Vivienda de Salamanca, son 282 los inmuebles que se deben someter a revisión, un 38 % menos que el año pasado, cuando estuvieron llamados a cumplir este requisito 455 edificios.
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Del total de los 282 solo 53 (el 20 %) lo harán por primera vez al superar los 40 años. El resto corresponden al grupo que debe abordar las revisiones periódicas programadas cada 10 años.
En cuanto a la localización de los edificios que deben cumplir con la ITE este año, prácticamente están repartidos por todos los barrios de la ciudad, aunque la concentración es mayor en San José, en la zona del Bretón, en el barrio Vidal y el Rollo, junto al parque Picasso.
El resto están salpicados por casi toda la ciudad, ubicaciones que se pueden consultar a través del enlace: https://www.google.com/maps/d/viewer?mid=1iLHen95y_6rSzi8FhP_DR7-vAC0&ll=40.96871141993982%2C-5.661563505329914&z=14.
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Además del desembolso al que se enfrentarán los vecinos para elaborar el informe de necesidades del inmueble y de los arreglos que sean preceptivos según el informe técnico, tendrán que superar esperas de hasta un año para acometer las mejoras debido a la falta de trabajadores en el sector de la construcción.
“Nos consta que hay comunidades que esperan hasta un año para empezar los trabajos”, informa Prieto, ya que los constructores están saturados de proyectos y no pueden ampliar las plantillas debido a la falta de mano de obra, sobre todo especializada.
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En cuanto al proceso, una vez que los técnicos someten a revisión al edificio, los arreglos obligatorios más habituales son los que tienen que ver tanto con la seguridad del inmueble como con la de los ciudadanos, dado que son los aspectos que más vigilan los inspectores.
Así, la imposición de arreglar tejados y fachadas es una de las más comunes, seguida de la rejería de los balcones. “Es un elemento que parece secundario, pero mantenerlo en buenas condiciones es fundamental”, apunta Ángel Hernández, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Salamanca.
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Añade que muchas comunidades se olvidan de que los balcones forman parte de la propiedad, “y que de vez en cuando hay que darles una mano de pintura”. También advierte de la importancia de las obras de accesibilidad y eficiencia energética. Si bien son un activo de confort y ahorro, también allanan el acceso a ayudas públicas.
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