El barrio salmantino de Buenos Aires quiere acabar con la imagen de ‘gueto’

Los primeros vecinos de Buenos Aires llegaron al barrio en el año 1983, con el objetivo de comenzar una nueva vida en una zona tranquila y con pisos nuevos. Años después, el barrio comenzó a adquirir una imagen negativa a ojos del resto de la ciudad, por el problema del narcotráfico y otros negocios al margen de la ley.

A la presentación de las actividades que celebrará el barrio con motivo de su 40 aniversario, han acudido Ubaldo Hernández, de CGT; Félix Pérez, presidente de la asociación de mayores del barrio; Emiliano Tapia, párroco de Buenos Aires; Eloína González, presidenta de Asdecoba y Antonia Curto, sierva de San José.

Los representantes han desglosado, hoy por la mañana y ante los medios, las tres grandes problemáticas que sufren: El aislamiento de la sociedad, el 'gueto' que sienten y el abandono de las instituciones. Estas situaciones han obligado a los colectivos sociales que trabajan en el barrio a reinventarse y volcarse con los vecinos para regenerar el tejido social: «Somos un barrio de referencia en Salamanca, porque hemos decidido saltar nuestros propios muros para dar respuesta no solo a nuestros problemas, sino también a las deficiencias que presenta la propia sociedad», ha asegurado Emiliano Tapia. Con algunas de las medidas que se han generado gracias a esos colectivos, «el tejido social que se ha generado es mucho más fuerte que las propias problemáticas del barrio», ha afirmado el párroco.

Entre las iniciativas que han surgido en Buenos Aires, destacan una casa de acogida para reclusos y en situación de calle, un centro infantil o una empresa de inserción social que se ha convertido en el catering que sirve la comida a las personas mayores en Salamanca.

Pero también se han llevado a cabo iniciativas relacionadas con el mundo rural, con la recuperación de terrenos para que trabajen los residentes de la casa de acogida o el Obrador Manos Verdes, que transforma los productos recogidos en huertas de las zonas rurales de Torresmenudas, Florida de Liébana, Pino de Tormes, Aldeatejada y Carrascal de Pericalvo y garantiza su conservación.

Emiliano Tapia ha asegurado que «Salamanca está en deuda con Buenos Aires», porque «gracias a sus esfuerzos muchos mayores tienen un plato caliente cada día». Una realidad, entre otras, que siente que «la ciudad no reconoce» por desconocimiento y por «criminalizar y señalar al barrio», sin conocer las iniciativas en las que trabajan sus colectivos.

Ubaldo Hernández, de CGT, ha recalcado que desde Asdecoba, la asociación del barrio, «creen en el poder transformador de la sociedad». Además, hace hincapié en el futuro y en su deseo personal: «Las instituciones deberían dar un paso al frente para cambiar la imagen que tiene Salamanca de nosotros. Nos gustaría que se nos reconociese cómo a parte de la ciudad», ha asegurado.

Eloína González, presidenta de Asdecoba, ha reconocido que muchos problemas han venido de mano de la Junta, que «no ha tenido control con las viviendas». Aún así, recalcó que la imagen que tiene Salamanca del barrio es errónea: «nadie se mete con nadie, es más el ruido que las nueces», ha bromeado.

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