Los techos de cristal que dificultaban la llegada de mujeres a puestos de liderazgo, el rol femenino como cuidadora de la familia y los bajos salarios de los sectores feminizados son el origen de la brecha de género que afecta hoy a las mujeres jubiladas. Las diferencias salariales del pasado se traducen ahora en la provincia en el cobro de una media de 229 euros menos al mes. Según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, las trabajadoras jubiladas de Salamanca cobraban en 2024 una pensión media de 1.180 euros. Los hombres en la misma situación percibían un 19,4% más de retribución, 1.409 euros. Lógicamente esto se debe a que cuando se encontraban en activo en el mercado laboral, los varones cotizaron, por lo general, más que las féminas. Según explica el secretario provincial de UGT, Marcelino Muñoz, la brecha salarial no consiste en que una mujer cobre menos que un hombre que ocupa su mismo puesto, sino que el conjunto de las mujeres perciban menos salario que el conjunto de los hombres. Y esa diferencia supera los 3.000 euros al año en la provincia cuando llega la jubilación.
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Aunque la brecha en las pensiones de jubilación no ha dejado de acortarse desde 2010, en términos absolutos casi no se ha notado. Hace década y media, las salmantinas ingresaban cada mes 623,16 euros de media y los hombres, 855,93, lo que supone un 37,5% más. A pesar de que porcentualmente la diferencia era ocho puntos más elevada que en la actualidad, a los bolsillos de las mujeres llegaban cada mes 232 euros menos que a los de sus compañeros varones, una cuantía muy similar a la diferencia actual.
Como consecuencia de las victorias alcanzadas en igualdad durante las últimas dos décadas la brecha en las pensiones no es la misma entre quienes se acaban de jubilar y aquellos que lo hicieron hace veinte años. Así, los hombres mayores de 80 años perciben de la Seguridad Social una retribución media mensual un 40% más alta que la de las mujeres. Esto se traduce en que las jubiladas de entre 80 y 84 años cobran 920 euros y quienes superan esas edades perciben 799, cuantías en ambos casos por debajo del salario mínimo interprofesional, mientras que los salmantinos de la misma edad ingresan 1.301 y 1.124 euros. Sin embargo, entre quienes se han jubilado recientemente, aquellos que tienen entre 65 y 69 años, no hay tanta diferencia entre la pensión media de hombres y mujeres. Según la Seguridad Social, serían 47 euros al mes.
La brecha de género no solo se comprueba en la pensión de jubilación sino también en la de viudedad, donde se produce el efecto contrario: los hombres perciben menos dinero que las mujeres. Pero el motivo es el mismo: los salarios inferiores y las menores cotizaciones por parte de las trabajadoras. Así, los viudos perciben en Salamanca una pensión media de 664,23 euros. Las viudas, por su parte, cobran 201,85 euros más (866,08 en total), lo que supone un aumento del 30%. La brecha en este caso ha crecido en la última década y media. En 2010, las viudas cobraban 71,62 euros más, un 14,5% más que los hombres.
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