Pasadas las 12:30 horas de este pasado lunes más de 20 personas hacían cola frente a las oficinas de la Junta Electoral Central de Salamanca para excusarse como miembro de mesa para los comicios del próximo 23 de julio. A la vez, ... los teléfonos del órgano judicial no paraban de sonar para pedir información sobre el proceso de alegación y la bandeja de entrada del correo electrónico estaba llena de solicitudes, además de la aplicación que se ha habilitado en estas elecciones para realizar el trámite.
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Un día de locos que si los funcionarios asumieron con paciencia y sin refuerzos, los ciudadanos lo afrontaron con hasta una hora de espera. Fue el caso de Maruchi, que tenía doble motivo para no pasarse el 23 de julio como vocal de mesa. Por un lado tiene 69 años, supera el máximo de 65 exigido, y por otro, cuida de su madre que en agosto cumple 99 años. «Yo soy segunda suplente en la mesa del Serem, porque vivo cerca. Al tener 68 años no estoy obligada a ejercer el puesto», detalla Lucía, que tampoco hubiera querido formar parte de la mesa electoral aunque los comicios se celebraran en otra época del año en vez de en vacaciones. Entre ellas se encuentra Carmen, una monja de clausura del Convento de la Madre de Dios. «Me tocaba de presidenta en la mesa de la Diputación, pero no puedo acudir porque tengo que estar al cuidado de otras madres muy mayores», aseveró. «No es que me importe participar en las elecciones, ya he sido en otra provincia presidenta, pero entonces tenía otras dedicaciones en la congregación», subrayó la religiosa.
«Tenían que ofrecerle estos puestos a personas que estén cobrando ayudas, reciban alguna subvención, el paro o que incluso se quieran presentar voluntarias», comentó María Dolores. Tiene más de 65 años y confesó que no aguanta más de tres horas sentada en una silla. «Como para estar todo el día frente a una mesa electoral, encima casi ni oigo».
Rubén representa al 80% de los que han presentado alegaciones porque tienen unas vacaciones contratadas. «Es la primera vez que me iba a ir de viaje en verano en los últimos seis años», señaló el hostelero, que reservó el 18 de mayo el viaje a Albania para la semana del 17 al 24 de julio. «Si tengo que venir un día antes me fastidiaría mucho», confesó. Ana acudió ayer en representación de un familiar que es autónomo y tendría que cerrar su negocio para acudir a la mesa electoral como suplente de segundo vocal.
Por allí paso también otro hombre que ese fin de semana tenía la boda de un familiar fuera de Salamanca. Se librará de su obligación solo si los novios son familiares hasta segundo grado, de lo contrario tendrá que ausentarse de la celebración. El caso de Genara es especialmente llamativo. Es la segunda vez que la eligen como miembro de mesa a pesar de que su marido está tetrapléjico desde hace 35 años, tras caerse desde un séptimo piso. «Además sobrepaso los 65 años», apuntó resignada y con los documentos que justifican la discapacidad en la mano.
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