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Peatones que buscan su espacio en el área natural que le pertenece frente a otros vehículos que se han adueñado de parte de la calzada de forma ilegal: patinetes que circulan con impunidad fuera de la calzada y el carril bici, turismos que detienen su vehículo sobre la calzada y que paran «solo un segundo» para recoger un pedido, motos mal aparcadas que ocupan de forma recurrente la acera o repartidores que dejan sus motos o vehículos mientras realizan sus entregas.
A pesar de que las multas hacia los usuarios de los patinetes eléctricos se han ido incrementando desde el inicio de su aplicación en 2021 con 69 y 165 impuestas el pasado año, lo cierto es que estas no están teniendo un efecto disuasorio en el abandono de las prácticas. Si se observa la naturaleza de estas acciones incívicas, la mayoría fueron por circular por zonas no autorizadas o peatonales. Hay que recordar que la normativa municipal recoge que es obligatorio que circulen por el carril bici, excepto en los trayectos en que no exista, en cuyo caso se circulará por la calzada. La opción de la acera no se recoge en ninguna norma por lo que está prohibida.
Sin embargo, otra de las acciones, más peligrosas y que se disparó también en 2022 fue saltarse un semáforo al pasar de 7 a 37 infracciones. En los últimos datos facilitados por el Consistorio, en el primer trimestre del año hubo 13 accidentes de circulación en los que hubo una implicación de patinetes eléctricos.
A estos nuevos 'intrusos' en las aceras, se les suman los peligros habituales a los que no se les ha puesto freno. Es el caso de la salida de los garajes en los que en la mayoría de los casos se suele atravesar la zona peatonal y entrañan un riesgo tanto para los peatones como para, paradójicamente, los usuarios de los patinetes eléctricos que tienen menor capacidad de reacción ante un suceso imprevisto como ese.
Lejos de ser una situación excepcional, señala que la reclamación se extiende en todos los barrios de la ciudad y es especialmente preocupante en zonas que tienen las aceras más estrechas y donde no es compatible la circulación de un patinete con la de un peatón como ocurre en muchas de las calles de Garrido. «Son una amenaza —incide— especialmente para los mayores porque tenemos menos reflejos y si nos caemos el riesgo de una fractura de cadera por ejemplo es muy importante».
Como ejemplo de esta realidad, Gómez expresa que en el corredor peatonal y ciclista que une el Multiusos Sánchez Paraíso con el polígono de Los Villares de la Reina que muchos mayores utilizan para pasear tienen que esquivar a los conductores de los patinetes que optan por ir por la senda de los peatones, en vez de por el carril bici situado en la acera contigua.
Por último, el representante de los mayores lamenta que las correcciones no sean acogidas con buen agrado por parte de la mayoría de los conductores de los patinetes eléctricos. «Si les dices algo, se enfadan y se ponen agresivos así que no puedes hacer nada», lamenta.
Desde la Federación de Mayores insisten en la necesidad de que haya una mayor vigilancia para evitar que los patinetes se hagan dueños de las aceras, así como una mayor educación vial para trasladarles a muchos de estos conductores, la mayoría jóvenes, que no pueden atravesar las zonas peatonales, ya que, a su juicio, muchos desconocen que está terminantemente prohibido.
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