Desde el 1 de enero, los salmantinos pagarán un 31% más por la tasa de basura de promedio, un incremento derivado de la adaptación de la ordenanza municipal a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que entró en vigor el pasado mes de abril con un periodo de adaptación de tres años. Es una norma que impone el Gobierno de España a los ayuntamientos para trasponer una directiva europea, según el propio Ejecutivo de Sánchez. Exige una tasa específica de basuras (de la que ya dispone Salamanca), diferenciada y que refleje el coste real del servicio de recogida y tratamiento de residuos. Esto implica, según el concejal de Hacienda, Fernando Rodríguez, que desde el próximo año la cuota se incremente para los vecinos de la ciudad, que actualmente pagan la tasa en función de la actividad a la que se dedica el inmueble: comercio, despacho, garaje o vivienda, entre otros. Con este encarecimiento, se cumple con la obligación de pagar el «volumen real» de los residuos que genera cada sector y el coste del servicio, que el año pasado ascendió a 20 millones de euros.
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En consecuencia, la modificación supondrá para las viviendas, el 78% de los que abonan la tasa, un incremento de 2,39 euros al mes, un sector donde además se aglutina el mayor volumen de generación de residuos. Un piso en calles de primera a cuarta categoría pasará de pagar 23,41 euros a 30,69 al trimestre, mientras que los de vías de quinta a séptima categoría subirán de 19,82 a 25,98 euros, un 31% más.
Dado que la ley obliga a tratar de vincular el importe de la tasa a la cantidad de residuos generados y para reforzar esta correlación, el Ayuntamiento aplicará dos coeficientes que empezarán a ser efectivos en 2026. Permitirán aumentar o disminuir el importe de la tasa en un 5 % en función de la variación de la generación de residuos en cada categoría de actividad y, por otro lado, atendiendo a la variación a nivel de toda la ciudad. En la actualidad, según el concejal, la empresa de recogida de residuos ya calcula las cantidades de basura que genera cada sector. Según cómo evolucionen los residuos permitirá que la tasa disminuya o aumente. Es el reflejo de «el que contamina paga».
Para evaluar la subida o bajada de la generación de residuos se tomará como referencia el periodo comprendido entre el 1 agosto y el 31 de julio de los dos años anteriores al que se aplica la actualización. Rodríguez insistió en que es una adaptación a la que obliga la ley: «Nosotros no la hubiéramos hecho», es más, siguió el edil, «la necesaria adaptación ha levantado un gran revuelo. No nos queda más remedio». Si bien la Ordenanza de Basuras sufrirá uno de los cambios más importantes en el Proyecto de Ordenanzas, Tributos, Precios Públicos y Tarifas Municipales, lo que seguirá constante por undécimo año consecutivo será la congelación de los impuestos municipales. Se trata del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI); de la plusvalía: del impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO), del impuesto sobre actividades económicas y del impuesto sobre vehículos. También se congela la «práctica totalidad» de las tasas y precios públicos. Como dato, desde 2015 a 2024 el IPC interanual de agosto ha subido el 24%, «por lo tanto técnicamente los impuestos han bajado en esa misma proporción». Esto pone de relieve, según Rodríguez, «el esfuerzo fiscal del Consistorio». El proyecto de ordenanzas para el próximo año se elevará a pleno el próximo viernes, un documento en el que también se prevén cambios en las tarifas de la ORA para los vehículos con distintivo ambiental ECO, que ya suponen el 10,27 % del parque móvil salmantino. Hasta ahora, y para impulsar su compra, se les permitía aparcar con tarifa de residente, un beneficio que se elimina a partir del 1 de enero y que se mantiene para los vehículos 0 emisiones.
El Proyecto de Ordenanzas recoge que se aplicará la actualización al IPC interanual de agosto, que se fijó en el 2,3%, a las tarifas vinculadas a compromisos contractuales, es decir, las de la ORA, del uso de las piscinas municipales, del servicio de agua y alcantarillado, el de servicios funerarios y de cementerios municipales, del Mercado Central, del estacionamiento de Centro de Transportes y de depuración.
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A todo ello se une la subida del precio del viaje en transporte urbano, salvo en el caso del bono bus especial que continuará a 3 céntimos. En el precio del nuevo billete de autobús, el concejal de Hacienda, Fernando Rodríguez, recordó ayer que ha estado congelado desde 2015, «por lo que por primera vez se vuelve a actualizar al IPC y, aún así, siguen siendo de las tarifas más baratas de España». Se trata, según el concejal, de una actualización «justificada» por el notable incremento del coste del servicio que el Ayuntamiento subvenciona en la actualidad en un 75,5%.
Si se aplica el IPC, el precio del billete ordinario pasará de 1,1 euros a 1,12, mientras que el viaje con tarjeta bonobús subirá un céntimo a 0,62 euros. En este momento las tarifas están bonificadas al 50% (30% a cargo del Gobierno y 20% del Ayuntamiento) y si el Ejecutivo retira su aportación, «el Consistorio también lo hará», recordó el edil.
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En este ámbito, el Proyecto de Ordenanzas presentado ayer introduce otra novedad: los estudiantes que quieran acceder al abono joven tienen que estar empadronados en la ciudad, ya que en este momento tienen acceso al bono de precio reducido lo menores de 30 años empadronados y los no empadronados alumnos de la Universidad de Salamanca y de la Pontificia. La puesta en marcha de la medida el próximo 1 de enero se acompañará de una campaña informativa «para difundir de las ventajas de empadronarse en la ciudad y las facilidades de efectuar el trámite», según expuso ayer Rodríguez. Por último, en relación al servicio de autobús, el próximo año se eximirá del pago de la tarifa a los acompañantes con discapacidad visual o movilidad reducida.
La tasa de terrazas también variará el próximo año, aunque solo para las que se ubican en la almendra central de la ciudad y las de la Zona de Especial Interés Gastronómico, hasta ahora solo aprobada en Van Dyck. La subida, según Fernando Rodríguez, mantendrá la proporcionalidad histórica entre los precios del centro y las afueras que se rompió con la unificación bajo una misma zona a todas las terrazas del exterior este 2024. La variación afecta por lo tanto a las terrazas de la Plaza Mayor, de la Rúa, de la zona extra o calles aledañas a la Plaza y la Rúa, además de la zona primera y a la ZEIG de Van Dyck. Como ejemplo, en la Plaza ahora se paga 0,32 euros el metro cuadrado al día y se pasará a abonar 0,51 mientras que en las calles aledañas sube de 0,16 a 0,26 la temporada anual. «A las de fuera de la primera vía de ronda no les afecta ni la subida del IPC», advirtió ayer el concejal.
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