Balas de luz ‘made in Salamanca’ para interceptar drones en aeropuertos

En el edificio M3 del Parque Científico, el CLPU cuenta con un laboratorio de innovación en el que ahora están desarrollando el proyecto SIGILAR (Sistema de guiado de láser pulsado de alta potencia en el ámbito militar), perteneciente a la convocatoria de 20019 del programa COINCIDENTE que tiene como fin aprovechar las tecnologías de carácter civil desarrolladas en el Plan Nacional de I+D dentro del ámbito del Ministerio de Defensa.

En concreto, el objetivo del Centro es desarrollar un demostrador láser que dispare de forma estable y que se pueda acoplar a una plataforma con un sistema de control y direccionamiento del haz láser para realizar ensayos en pruebas de campo. “Es una manera de mandar una bala de luz”, comenta Luis Roso y añade: “La diferencia entre un láser continuo de un láser pulsado es que si tienes un blanco móvil se puede enviar un pulso de luz corto, pero suficiente para destruir un dron y si la atmósfera fluctúa, en vez de depositar esa energía en un punto exacto, se depositará en otro muy próximo, pero todo el daño en un sitio, no lo vas a ir repartiendo como haría un láser continuo”. En este sentido, el director del CLPU asegura que podría servir para la amenaza de drones en un aeropuerto o en un campo de fútbol.

“Estamos avanzando para que la bala de luz no sea peligrosa ni mucho antes ni mucho después, solo en un punto exacto, de forma que a un avión que esté por encima, pero en la línea de tiro no le haga daño”.

El CLPU ha aprovechado sus conocimientos de los láseres de bombeo del petavatio para generar este tipo de láseres útiles para Defensa, pero también podrían serlo para otros ámbitos industriales.