Salamanca
Lunes, 16 de octubre 2023, 06:30
¿Cuál es la razón por la que el monumento a la Constitución se encuentra hoy a un kilómetro del lugar para el que fue concebido? ¿Qué sentido tiene ahora el concurso público que se organizó para elegir el proyecto que mejor se adaptase a ... la plaza de la Gran Vía dedicada a la Carta Magna? ¿Y por qué no está en el espacio urbano que lleva el mismo nombre? Tampoco el infante don Juan, el hijo de los Reyes Católicos, «descansa» ya en el lugar elegido inicialmente para la escultura que le dedicó Antonio Casillas. La estatua del yacente príncipe no está ya en Peñuelas de San Blas, una zona en la que durante muchos años —no muy lejanos— se concentraron los prostíbulos, herederos de la Casa de Mancebía que impulsó el malogrado heredero de Isabel y Fernando durante su estancia en Salamanca.
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Hoy su mirada de bronce se fija con frialdad en el Palacio de Monterrey, un edificio que aún se estaba construyendo cuando él murió. Tampoco la imagen de Elio Antonio de Nebrija de bronce que concibió Pablo Serrano para el quinto centenario de la publicación de Introductione latinae se ha librado de su mudanza a un espacio urbano en el que su presencia no tiene mucho sentido. Hoy el humanista está rodeado de las ciencias que menos le identifican. Desde 1999 le rodean las Facultades de Ciencias, Físicas y Matemáticas. Su emplazamiento original iba a ser el cruce de la Rúa, Palominos y Compañía, cerca de los principales 'templos' de Letras del Estudio salmantino. Sin embargo, una decisión de último momento llevó en 1981 a la estatua del autor de la primera gramática castellana a la plaza del Ejército, renombrada Puerta de Zamora. Las obras dedicadas a Nebrija, Don Juan y la Constitución son solo tres de las creaciones artísticas que han perdido parte de su sentido y de su significado por decisiones políticas, en algunos casos unipersonales, de cambiarlas de ubicación por motivos prácticos, sino caprichosos.
La pirámide que el escultor José Luis Alonso Coomonte dedicó a la Carta Magna en su duodécimo aniversario fue «defenestrada» a una zona de menor tránsito que la Gran Vía en 2010. Aprovechando la reforma de la plaza de la Constitución, el exalcalde Julián Lanzarote decidió reubicarla en la Vaguada de la Palma, junto al Palacio de Congresos. En su lugar, en el espacio situado entre la Subdelegación del Gobierno, la Audiencia Provincial y la entonces sede de la Junta de Castilla, el exregidor creo un polémico «museo» de la alcantarilla con diferentes modelos de tapas y sumideros. Este no tardó mucho en ser eliminado, pero el monumento de la Constitución no recuperó su localización original. Con el mismo primer edil, aunque trece años antes, Nebrija fue expulsado de la Puerta de Zamora para permanecer casi dos años oculto en un almacén municipal, y reaparecer en 1999 en la calle Balmes. El traslado del infante Don Juan es más reciente. En 2013, fue Alfonso Fernández Mañueco quien, con el beneplácito del autor, trasladó la obra a la plaza de Monterrey para darle más visibilidad y librarlo de las constantes pintadas de las que era objeto en la poco transitada plaza de Peñuelas.
Totalmente desterrado ha acabado el busto del capitán salmantino de los comuneros, que murió decapitado. Tras situarse en 1921 en un lugar preminente de la céntrica plaza de los Bandos, la cabeza que el almeriense Juan Cristóbal González Quesada esculpió en mármol representando a un médico cordobés y que luego decidió reconvertir en homenaje a Francisco Maldonado fue, primero, arrinconada en esa plaza, a mediados del pasado siglo, y posteriormente, en 2004, trasladada a la glorieta del Alto del Rollo, donde aún permanece.
No llegó a estar nunca en Los Bandos el santo que los pacificó. Encargada al escultor salmantino Valeriano Hernández, la estatua del patrón de Salamanca fue realizada con la idea inicial de ubicarse en la céntrica plaza que recuerda uno de sus milagros. Sin embargo, también durante el Gobierno de Julián Lanzarote se descartó esa ubicación ante la que iba a ser la inminente construcción de un aparcamiento subterráneo. Finalmente no se hizo el 'parking' pero la imagen de San Juan de Sahagún fue colocada en un lateral de la iglesia que lleva su nombre.
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También «La familia» de Juan Peréz González se vio obligada a mudarse. La escultura que siempre había estado en la plaza de España, fue retirada y, tras años en un almacén reapareció en 2006 en la glorieta de los Milagros, en la confluencia de la Vaguada y San Vicente, con un nuevo fundido en bronce.
Si algunas elementos escultóricos han perdido parte de su sentido al cambiar de ubicación, hay uno que además de ello da lugar a la confusión. Cualquiera podría pensar que la glorieta de lo Alto del Rollo recibe ese nombre por el rollo que en ella se encuentra. Sin embargo, este se colocó allí cuando la rotonda ya había sido «bautizada». Previamente había estado en Los Jesuitas, y en la plaza de Santa Teresa, de donde fue retirada, según narran los cronistas, por la ampliación de la sede social de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca.
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Desde el Campo de San Francisco, donde fueron inauguradas en 1926, se trasladaron en 1976 las estatuas de Gabriel y Galán —obra de Juan Cristóbal— y de sus musas —el «Ama» y la «Montaraza»—, a la plaza que lleva el nombre del poeta, junto a la biblioteca municipal. Más corto fue el «viaje» del Padre Cámara. Su estatua fue inaugurada en la plaza de Anaya, frente a la puerta de la iglesia de San Sebastián. Se trasladó de la plaza de Anaya a la entrada del Palacio Episcopal el 6 de junio de 1974 cuando el alcalde de la época, Pablo Beltrán de Heredia, decidió remodelar la plaza. La escultura fue promovida en 1904 por Juan Montero, presidente del Círculo de Obreros, organización a la que este obispo apoyó siempre, y se inauguró el 17 de mayo de 1910.
Frente a las esculturas que han cambiado de ubicación en los últimos años por decisiones políticas, destaca el caso de «desdoblamiento» de la «Náyade» de Agustín Casillas. El 12 de febrero de 2011, se instaló en la remodelada plaza de la Constitución una copia de la pieza que se encontraba en la fuente de este espacio urbano hasta su reforma. Realizada en bronce y con una pátina especial debido al entorno, la imagen original de la ninfa de agua dulce se instaló tras una pequeña restauración en la glorieta del Alto del Rollo, junto al exiliado busto de Maldonado.
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