El AVE Madrid-Oporto, ya en marcha en Portugal pero sin proyecto en Salamanca

El 9 de enero se conformó en Salamanca una 'entente' hispanolusa de instituciones, empresarios y entidades sociales para exigir que se agilice la alta velocidad Madrid-Salamanca-Aveiro-Oporto, un corredor ferroviario que un reciente informe de la Unión Europea considera prioritario. La reivindicación ha recibido respuesta del Gobierno portugués. En enero no solo ha licitado el diseño, construcción, financiación y posterior explotación y mantenimiento del tramo Oporto-Aveiro —que en la dos próximas fases se extenderá hasta Lisboa—, sino que para acelere su ejecución esta semana ha pedido 729 millones de euros a la UE. El objetivo es que esté en servicio en 2028 permitiendo a los trenes circular a 250 kilómetros por hora. Pero, ¿qué está ocurriendo de este lado de la Raya? El proyecto de electrificación del tramo que une Salamanca con Fuentes de Oñoro, cuyas obras deberían haber concluido hace ahora tres años, continúa prácticamente paralizado a la espera de un modificado. Ya no hay un calendario claro para su culminación pero los Presupuestos Generales del Estado en vigor la dilatan hasta 2027. Pero, cuando estén acabadas las obras, esta vía no admitirá el paso del AVE ni tampoco de trenes a una velocidad que pueda considerarse alta. Según confirman fuentes de la plantilla de Renfe, por ella no se podrá circular a más de 155 kilómetros por hora, exactamente igual que en el tramo de Salamanca a Medina del Campo.

Dado que el ancho de vía de la línea Medina del Campo-Vilar Formoso es ibérico (1.668 milímetros), salvo que está se sustituya por otra de ancho europeo (1.435 mm), algo que no está previsto, por el trazado de esta provincia no podrá pasar ningún AVE mientras este cambio no se produzca. Pero los trenes que circulen tampoco podrán superar los 155 kilómetros por hora. Podrían llegar a los 220 si se instalase una valla a ambos lados de la vía que impidiese el paso y se eliminasen el medio centenar de pasos a nivel que existen entre Salamanca y la frontera con Portugal. Trabajadores de Renfe que desarrollan su labor en la provincia apuntan que, para incrementar a 220 km/h la velocidad permitida a los convoyes, sería necesario modificar previamente el trazado de la línea. Señalan que habría que modificar la curva que la vía traza a la altura de la finca de Rodasviejas, en Aldehuela de la Bóveda. Pero no existe ningún calendario para acometer todas esas intervenciones. A finales de 2021, Adif indicaba que tenía redactados los proyectos constructivos de supresión de 48 pasos a nivel de la línea Salamanca-Fuentes de Oñoro. Según apuntan los propios trabajadores de la operadora apenas se han producido cambios desde entonces, por lo que no se habría actuado en ellos, de los que la mayoría de los cuales se encuentran en fincas de titularidad privada. En la misma línea, el tramo de Salamanca a Medina del Campo continúa sin vallar y el paso a nivel de la localidad de Carpio no ha sido eliminado, por lo que los Alvia tampoco pueden superar los 155 kilómetros horas hasta llegar al intercambiador.

El Gobierno de Pedro Sánchez no solo no tiene en sus planes, al menos de momento, realizar estas intervenciones en la parte española del trazado de la línea Madrid-Salamanca-Oporto, sino que tampoco ha puesto interés por lograr una apuesta decidida de la UE por esta línea a su paso de Salamanca, al igual que ha ocurrido con la recuperación del tren Ruta de la Plata. En la revisión de la Red Transeuropea de Transporte, que recibirá el visto bueno definitivo en los próximos meses, la línea Oporto-Aveiro, así como el tramo Aveiro-Viseu, figura como alta velocidad de la red básica a ejecutar antes de 2030. Portugal también ha logrado que desde Viseu hasta la frontera con España el trazado permita también más de 200 kilómetros por hora y se incluya como red básica ampliada, es decir, para que este ejecutado antes de 2040. Por el contrario, en el mapa que la Comisión Europea publicó a finales de diciembre la línea entre Salamanca y Fuentes de Oñoro sigue figurando como convencional, es decir, que no se contempla ampliar la velocidad para el más lejano de los horizontes temporales, el de la red global prevista para 2050. Sin embargo, Bruselas sí planea que entre Salamanca y Medina se superen lo 200 kilómetros por hora antes de 2030.

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