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Miércoles, 6 de julio 2022, 13:24
Desde el 2015 no se incorporaba al Regimiento de Ingenieros de Salamanca una hornada de soldados de tropa tan numerosa. Son 81 jóvenes de 18 a 29 años, 74 hombres y 7 mujeres, la mitad salmantinos y el resto de Andalucía, Valencia y Galicia, que ... estos días están ultimando el periodo de diez semanas de la exigente instrucción básica de zapador, antes de incoporarse a las distintas compañías del Regimiento para completar su especialización.
Previamente a aterrizar el pasado 15 de mayo en el cuartel Arroquia, estos soldados han recibido una formación genérica de tres meses como combatientes en el Centro de Formación de Tropa (Cefot) de San Fernando, en Cádiz. Allí ya iniciaron su nueva trayectoria profesional en la que se inculcan unos valores muy marcados de disciplina, esfuerzo, capacidad de sacrificio, lealtad y compañerismo.
El grupo integrado por jóvenes, la mayoría con el título de Bachillerato, algún caso sólo con la ESO y seis de ellos con grados universitarios, inició después en Salamanca las diez semanas de la instrucción básica del zapador que les “endurece” aún más. Tras la acogida en el Arroquia, los nuevos soldados reciben un “baño de realidad” de cómo es la vida y funcionamiento del Regimiento de Ingenieros, con charlas del personal, de las áreas de Inteligencia, Operaciones y Logística. La parte más dura y exigente a nivel físico se desarrolla en el campo de maniobras de Los Montalvos. Durante ocho semanas han aprendido a enterrar minas, a realizar complicados ejercicios de tiro, topografía, primeros auxilios, medidas de protección biológica y química, carreras, marchas de 20 kilómetros cargados con todo el equipo y armamento... Todo ello con el aliciente de la meteorología, con calor sofocante, frío extremo o lluvia que endurecen la instrucción. No hay tiempo para el cansancio y la fatiga. En las dos jornadas continuadas de 30 horas sin dormir o las cuatro prolongadas de 36 horas los nuevos soldados descubren los límites de su cuerpo y de su capacidad física, maduran, desarrollan fuerza mental y autodisciplina. El apoyo del grupo es fundamental, pero también los ‘piques sanos’ entre pelotones y las canciones de paso ligero que levantan el ánimo.
La instrucción concluye con una semana de maniobras en Burgos con todo el personal de nueva incorporación de los tres regimientos del Mando de Ingenieros, donde se evalúan los conocimientos adquiridos.
“Hay una evaluación continua en este tiempo. Hay notas de los ejercicios de tiro, pequeños ejercicios teóricos y una prueba final con un test de conocimientos. Si suspenden, que hay casos, tendrán que repetir el periodo de instrucción”, explica el capitán Segado, responsable del personal de nueva incorporación. Cada viernes, los 81 militares de tropa suben corriendo los 11 kilómetros que separan el cuartel Arroquia del campo de maniobras de Los Montalvos, junto a Vistahermosa. De la hora y media que tardaron el primer día ya han rebajado marca a los 55 minutos. “Se nota un gran esfuerzo de los soldados y también se ve el trabajo de los jefes de pelotón y escuadra que se vuelcan en exigirles y evitar los abandonos. Hay que ser exigentes porque las manías que cortemos desde ahora no las arrastrarán durante toda su vida militar”, agrega el capitán.
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