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Jueves, 1 de diciembre 2022, 12:25
El motivo por el que todos los ayuntamientos centran sus esfuerzos en controlar las plagas de aves, sobre todo de estorninos, es principalmente por las molestias que provocan con sus chillidos y la suciedad que generan en el entorno de los dormideros, que se llenan en pocas horas de heces dada la alta concentración de ejemplares en espacios relativamente pequeños. La gestión de esta plaga hace prácticamente imposible que se derive un problema de salud para los seres humanos, ya que los excrementos se limpian diariamente.
Esto evita las posibilidades de contagios de enfermedades, más comunes cuando las heces se resecan, desprendiendo polvillo y aerosoles. En todo caso, el alboroto es notable en las áreas de asentamiento, sobre todo al anochecer cuando acuden los estorninos, y al amanecer, cuando abandonan la zona.
También en los momentos en los que otros animales o ruidos les asustan a lo largo de la noche. No se trata de un tema menor, ya que los ciudadanos tienen que tener garantizado su descanso nocturno.
El segundo problema es el de la suciedad, el de mayor peso dado que las heces cubren el suelo y todo lo que se encuentre debajo de su dormidero. Una sustancia ácida que puede corroer materiales si no se retira rápidamente.
Además genera malos olores y en la época de invierno, en la que las poblaciones de estorninos se incrementan, aumenta el peligro de que los viandantes se resbalen. Por eso la importancia de la limpieza que, según la edil de Salud Pública, María José Fresnadillo, se ejecuta varias veces al día en los puntos de mayor conflicto.
“Los operarios utilizan para limpiar estos espacios agua a presión con productos específicos para garantizar la desinfección”, aclara Fresnadillo. La responsable de Salud Pública insiste en que la posibilidad de que el asentamiento de estas bandadas en las zonas urbanas provoque enfermedades es realmente baja.
“Es muy poco probable que esto ocurra en nuestro medio y en nuestras condiciones”, insiste la concejala, dado el esfuerzo de los servicios municipales por retirar lo más rápidamente posible los excrementos y el reducido riesgo debido a que para que surja un problema la dejadez en la limpieza tiene que ser muy extrema, “no solo de días, quizás de semanas”, apunta Fresnadillo .
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