Una sociedad argentina con 'ansías de cambio', con una situación económica crítica y una inflación del 140% determinó el pasado domingo, con el 55,69% de los votos, que su futuro presidente sería el joven Javier Milei. El economista, con menos de tres años de experiencia en política, ha sido el candidato del nuevo partido político 'La Libertad avanza' y el más votado en la segunda vuelta frente al candidato del partido del gobierno Sergio Massa, representante del «peronismo». Milei, con una ideología liberal de derechas, ha prometido a la ciudadanía dolarizar el país, recortar el gasto público y los impuestos, acabar con «la casta política» y la privatización de las empresas del Estado, entre otras medidas. Estos puntos han sido claves para su victoria, según José Francisco Sánchez, director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca.
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«El escenario político que ha manejado Milei era propicio para su victoria. La situación económica en Argentina era crítica y ahí es donde el populismo opera. Milei ofreció una oferta distinta de cambio y supo canalizar el enfado de las personas. Además es buen tertuliano, buen orador y sabe captar la atención de la gente. Eso le ha asegurado el éxito», explica Sánchez. Asimismo, encuentra similitudes entre la figura de Milei y la de Pablo Iglesias, cada uno desde una posición ideológica radicalmente diferente: «Ambos, en pocos años de carrera política, han conseguido llegar al poder gracias a la capacidad de impactar en las tertulias, jugando con la idea de cambio o alternativa y con su denuncia a la clase política, que denominan casta», reconoce.
La propuesta del presidente electo de dolarizar la economía ha sido uno de los puntos clave para la obtención de una diferencia de 12 puntos frente a Massa. También el rechazo al «peronismo» y «kirchnerismo», una realidad que se ha alineado con la creciente crispación social: «Argentina tiene un fuerte problema de confianza con su moneda. El que tiene pesos en su poder, lo primero que hace es deshacerse de ellos o intentar cambiarlos a dólares. Esta ha sido una de las propuestas que ha beneficiado mucho a Milei en su campaña», asegura Sánchez. Aunque esta medida puede evitar que los políticos afecten a la política monetaria de su Banco Central, puede tener también consecuencias negativas según Sánchez: «Hay que recordar que el país está quebrado y presenta mucha desigualdad. Para dolarizar el país se necesitan reservas internacionales o que alguien preste una cantidad de dinero igual a toda su masa monetaria. En el momento que se dolariza, el país deja de tener política monetaria y eso sirve, por ejemplo, para hacer más competitivas sus exportaciones. Eso es muy importante, ya que Argentina es altamente dependiente de las exportaciones con países como Brasil», reconoce.
Marcelo Aliberto, secretario de la Casa de Salamanca en Argentina, empresario y residente en Buenos Aires, cree que la maniobra de apoyo de la candidata Patricia Bullrich a Milei durante la segunda vuelta ha sido crucial en su victoria: «Estaba clarísimo que en esta ocasión había una fuerte vocación de cambio. El gobierno invirtió en la campaña electoral aproximadamente dos puntos del PIB del país. Han dado ayudas, regalos, bonos y todo apuntaba a que iba a ganar Massa, justo el mismo que ha desbaratado la economía. La diferencia de 12 puntos ha sido una sorpresa», asegura Aliberto.
Asimismo, tras haber vivido la campaña electoral desde la capital del país, considera que Milei ha captado la atención de los jóvenes y de la gente con su proyecto apasionado e ilusionante: «Siempre ha dicho las cosas como son, sin miedo. La clase política, los dirigentes, los sindicatos y algunos empresarios se han transformado en una 'casta'. Los cargos públicos son ocupados por ellos, sus hijos, sus nietos y hay mucha corrupción. La gente de la calle ve que eso crece, el país afronta una fuerte crisis económica y nadie hace nada. Milei quiere poner fin a esta situación y eso ha calado muy hondo», reconoce el empresario. Marcelo Aliberto prevé cierta convulsión social en las calles: «Los sectores que hasta el momento han tenido ciertos privilegios posiblemente generen problemas en las calles durante las próximas semanas».
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La situación política ha afectado al curso habitual de las empresas. En su negocio, vinculado al mundo de la construcción, está percibiendo incertidumbre: «No recibimos materia prima. Las empresas que tienen material lo están guardando como stock hasta que sepan que va a pasar, con miedo a que el peso pueda devaluarse por la inflación. Todo esto en el marco de un país que suma entre un 2% y un 3% de inflación por semana», reconoce el empresario.
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