Cuatro meses apuntalados en José Jáuregui por riesgo de desprendimiento

Obras, andamios y vallas ya forman parte del entramado de la arquitectura salmantina que muchos ya están acostumbrados a ver a su paso por las calles de la ciudad.

La fachada del edificio número 15 de la calle José Jáuregui es uno de los lugares que se encuentra en obras, concretamente, está apuntalada. Lo curioso de ella es que estos apuntalamientos se instalaron el pasado mes de junio, algo de lo que han transcurrido ya cuatro meses.

El riesgo por desprendimiento causado por una grieta en uno de los balcones del edificio, en concreto de uno de los ubicados en la planta más alta, es el causante de que los apuntalamientos lleven cuatro meses instalados alrededor de las viviendas. Esto ha producido cierto malestar entre algunos de los vecinos.

Uno de los negocios instalados en la planta baja del bloque es uno de los mayores afectados por el apuntalamiento de la fachada. «Han pasado ya cuatro meses desde que estas vallas han tapado el escaparate de nuestra tienda con motivo de las obras que se van a realizar», afirman desde el propio negocio ubicado en el bajo del bloque.

«Hemos notado que nuestras ventas han disminuido desde que estas vallas se instalaron y vemos que los clientes acuden menos. El escaparate no se ve igual ahora que está tapado y eso los clientes también lo notan. A lo mejor habría otra forma de hacer estas obras sin que se tape toda la tienda», reconocen. Además, afirman que también conocen las quejas de algunos de los vecinos del propio edificio residencial.

Desde el Ayuntamiento de Salamanca afirman que el edificio afectado por estas obras ha solicitado la instalación de protección en la fachada y la Inspección Técnica de Edificios (ITE) tendría que ser presentada antes del 31 de enero del próximo año 2024.

«Se supone que la grieta por la que ha comenzado toda esta obra ya llevaba tiempo en el balcón, pero la solución ha llegado cuando se empezó a hacer más grande», reconocen los afectados, deseosos de que después de cuatro meses de espera, las obras avancen para dejar de vivir a la sombra de una fachada apuntalada.

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