Los vecinos de la calle Gran Capitán aseguran arrastrar una problemática severa desde hace décadas: la escasez de aparcamiento. Esta situación se agravaba aún más con la falta de garajes y la media de edad elevada de los residentes, que impide la rotación de vehículos. Asimismo, según vecinos y negocios, durante los últimos meses las circunstancias se ha agudizado con la reciente renaturalización de esta calle llevada a cabo por el Consistorio.
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Las obras, comenzadas en noviembre y finalizadas el mes pasado, han convertido la calle en un nuevo tramo del proyecto LIFE Vía de la Plata. Entre otras actuaciones, se han instalado 419 metros cuadrados de zonas verdes distribuidas en 10 jardines con riego por goteo, que han llevado a la eliminación de plazas de aparcamiento gratuitas.
Según fuentes del Ayuntamiento, ha sido necesario eliminar esas plazas de aparcamiento para cumplir con la exigencia de renaturalización que exige la Unión Europea para financiar este tipo de proyectos. Sin embargo, reconocen que el plan inicial contemplaba suprimir más aparcamientos, pero finalmente han sido 8 las plazas las que se han perdido, aunque se tratarán de ganar incluso más próximamente dentro del proyecto de reurbanización de la zona.
Asimismo, las opiniones de los residentes son muy diversas. «Llevamos con este problema mucho tiempo, pero ahora más agravado. A los negocios nos afecta, si las personas no pueden acudir a nuestras tiendas se van a la competencia. Hemos perdido también un solo motos que teníamos al comienzo de la calle y plazas de aparcamiento en los huecos en los que se han instalado los jardines», reconoce Pablo García, dueño de un negocio de la calle. Asimismo, especifica otros factores que agravan la problemática: «La gente es mayor y no hay rotación de vehículos. Hay personas que aparcan su coche y no lo mueven en dos meses. Además, los barrios de alrededor están sujetos a la zona ORA y hay algunas personas que lo aparcan aquí toda la semana».
Raúl Martín, residente del barrio y dueño de un negocio, reconoce tener muchas complicaciones para aparcar. En su negocio esta conversación es el pan de cada día: «Tengo controladas las horas a las que se van algunos coches. Los localizo a las ocho de la mañana, pongo el mío detrás con los intermitentes y cuando se van lo aparco», explica. José Solano, vecino del barrio, calcula que «se han perdido mínimo dos plazas con cada una de las jardineras instaladas».
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Daniel Bermejo, otro residente del barrio, se encuentra molesto con la situación: «Hace meses para aparcar tenías que estar media hora dando vueltas porque en esta calle el aparcamiento es gratuito y las personas que vienen a Van Dyck a tomar pinchos lo dejan aquí para evitar la zona de aparcamiento ORA. Ahora, el mejor de los días me tengo que ir a aparcar a Carrefour», reconoce.
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