Ana Suárez: “Todavía hay gente que no pide ayuda por vergüenza; es dramático”

Desde su área de Familia e Igualdad de Oportunidades ha tenido que estar en contacto con situaciones muy duras provocadas por la crisis. Familias que hace unos meses atravesaban por situaciones muy cómodas, que se han visto obligadas a solicitar ayudas para sobrevivir.

– Ha concluido un año en el que se ha duplicado la previsión presupuestaria para ayudas sociales, pero mirando al futuro, ¿va a hacer falta mucho más?

– Pues de momento en este año mantenemos lo que habíamos incrementado el pasado y aún más. El año pasado, en ayudas directas realizamos aportaciones por 1,7 millones. Este año arrancamos con dos millones, gestionadas directamente. Ojalá no haga faltar aumentar más. Será una buena señal.

– ¿Tiene alguna espina clavada de algo que si echara la vista atrás realizaría de otra forma?

– (Suspiro) Creo que fuimos capaces de anticiparnos a las necesidades que llegaban. Con la primera convocatoria de ayudas intentamos hacerlo tan sencillo que puede que lo complicáramos más. Pero necesitábamos un mínimo de documentación porque gestionamos dinero público y debemos hacerlo bien. Ahora hemos visto que se puede hacer de otra manera. Pero a la gente a las que no llegamos de una forma llegamos por otra y nadie se quedó descubierto. Fue gratificante hacerlo entre todos los grupos.

– ¿Qué presupuesto va a destinar el Ayuntamiento este año para ayudas sociales?

– Para ayudas directas dos millones, pero para convenios con Cáritas y Cruz Roja, para que atiendan ayudas de primera necesidad, los incrementamos. Y ese aumento también se mantiene.

– ¿De qué se siente especialmente orgullosa la concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades?

– De haber estado junto a un equipo de técnicos que lo ha dado absolutamente todo. Y del equipo de Gobierno, de haber trasladado a la ciudadanía un Gobierno muy sólido, que ha sabido cuál era su obligación y su responsabilidad, dándolo todo. La crisis nos ha unido si cabe aún más. La oposición también ha estado a la altura, sumando cuando había que estar.

– ¿Teme que 2021 sea aún incluso peor en lo que respecta a las necesidades de las familias?

– Todo parece indicar que sí, porque las cifras de destrucción de empleo asustan y los recursos que las familias pudieran tener se agotan. Hasta que podamos tener crecimiento pasará tiempo. La crisis sanitaria pasará, pero la económica va a tardar mucho tiempo pero para eso tenemos todos los recursos preparados desde el Ayuntamiento.

– ¿Se ha encontrado casos que no se imaginaría que necesitarían ayuda por nada del mundo?

– Sí. Y lo que es peor, ellos tampoco lo imaginaban y con una sensación de humillación terrible. Lo primero que he intentado ha sido normalizar la situación y que recuperasen la dignidad, porque no era culpa suya. La gente lo que quería era trabajar, no querían ayudas y costaba mucho que aceptaran que no pasa nada porque en un momento puntual reciban ayuda. Creo que todavía hay gente que no acude a los CEAS por vergüenza.

– Entonces, ¿reconocer la necesidad de pedir ayuda lleva aparejada otra ayuda psicológica en algunos casos?

– Lleva aparejada una dosis de empatía muy grande. Ahí también está el mérito del personal, de los técnicos que establecen contacto con las personas, hacerles sentir lo menos mal posible. Nadie les juzga ni les culpa de nada, estamos para ayudarles.

– En su opinión, si tuviera potestad para ello, ¿qué restricciones cree que son prioritarias aparcar o empezar a aliviar, si es que hay alguna?

– Lo que es vital y fundamental es que se reconsideren las restricciones que implican que muchas empresas y trabajadores se queden sin nada. Empresas, autónomos... se quedan sin ingresos y es terrible que no se tenga en cuenta. La crisis sanitaria es muy importante, mucho, pero no va desligada de la económica y hay que generar los mismos recursos para una y otra.

– Se habla mucho del virus sanitario pero también del económico. ¿En qué medida tiene vacuna el Ayuntamiento para ello?

– Por nuestros propios recursos no vamos a poder solucionar los problemas que provocan las decisiones adoptadas. Ponemos en marcha iniciativas para que sea menos difíciles para las empresas. Paliamos situaciones, pero es difícil afrontar todas las necesidades de empresas que cierran, autónomos que se dan de baja, y gente que se quedan en situación de vulnerabilidad. Pero seguiremos trabajando para ello sin descanso.

– ¿Hay algo que le haya emocionado de forma especial durante casi este año de pandemia?

– Muchas cosas. Me emocionó mucho en los primeros días del estado de alarma recibir llamadas de personas desconocidas, empresas y autónomos ofreciendo lo que podían, hoteles, restaurantes, que incluso en situación de dificultades, ofrecerían ayuda para quienes estaban bastante peor que ellos. Hay gente muy buena que se preocupa de los demás y eso fue muy emocionante.

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