Las recientes proyecciones de población del INE mejoran la situación para la provincia de Salamanca para los próximos 15 años con respecto a las de 2022. Sin embargo, esta mejora, no altera la pérdida de población, aunque será menor, y continuará el progresivo envejecimiento de la población, el saldo vegetativo seguirá siendo negativo, es decir, registraremos más defunciones que nacimientos. La migración es la única noticia positiva, puesto que el saldo migratorio negativo se va a reducir, en parte porque se espera que la salida de salmantinos disminuya y a la vez, se incremente la llegada de población de origen extranjero. La migración permitirá reducir el impacto del saldo vegetativo negativo y podría contribuir en el futuro a un ligero aumento de la natalidad debido a que una parte de los extranjeros suele tener más hijos que los españoles. La mejora de las previsiones era esperada, ya que las anteriores, elaboradas tras la pandemia, estaban muy afectadas por la bajada en el número de nacimientos y el incremento de las defunciones que implicó el período pandémico.
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Sin embargo, la supuesta mejoría apenas se va a sentir en la mayor parte de la provincia salmantina. El proceso de despoblamiento en el que se encuentran muchos municipios va a continuar, puesto que el envejecimiento de sus poblaciones va a significar que las defunciones se mantengan e incluso aumenten, y no existe perspectiva de que los nacimientos remonten al carecer estos pueblos de personas en edades de tener hijos. La llegada de inmigrantes tiende a concentrarse en los núcleos urbanos, por lo que estas poblaciones no cuentan ni siquiera con este recurso.
Las proyecciones demográficas se basan en la combinación de nacimientos, defunciones y migraciones, y los dos primeros difícilmente pueden modificarse en el corto y medio plazo, por lo que únicamente el factor migratorio tiene capacidad de revertir las proyecciones. Cualquier medida o esperanza de revertir el proceso de despoblamiento y envejecimiento que no ponga su foco en la migración carece de fundamento demográfico. Generar condiciones para que no se marchen los jóvenes y oportunidades para atraer población, de otras partes de España o de fuera, son los únicos recursos para revertir las pesimistas proyecciones. Por último, las migraciones son muy sensibles al contexto social, económico o político, por lo que un cambio en el contexto actual que suponga un empeoramiento de las proyecciones sobre la migración dibujará un nuevo escenario mucho más pesimista. Es aquí donde está la clave de las proyecciones.
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