Un grupo de pescadores, en el pantano de Santa Teresa.

Adiós a los peces autóctonos del Tormes

La llegada de especies exóticas invasoras está siendo un grave problema para el río Tormes, que en pocos años ha visto cómo van desapareciendo los ejemplares que históricamente habían poblado estas aguas

Domingo, 29 de diciembre 2024, 12:37

Los ríos de las cuencas del interior de España siempre han sido un referente para el mundo de la pesca deportiva de agua dulce. Sus aguas cristalinas y sus cuidadas riberas hacían posible la presencia de un gran y dispar número de especies. El Tormes no era una excepción. Al menos, hasta hace unos años, cuando sus aguas presumían de contar con gran variedad de fauna autóctona que hacía las delicias de los amantes de la pesca.

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Todo eso ha cambiado con el devenir de los años. Ahora, aquellas especies autóctonas ya son historia y a día de hoy prolifera la presencia de ejemplares exóticos invasores, que tanto daño está causando en el Tormes. Así lo confirma el jefe del Área del Medio Ambiente de la Delegación Territorial de la Junta, Juan Carlos Velasco Marcos, consciente de que en buena parte del río «se han ido introduciendo otras especies de forma ilegal, lo que ha provocado que haya cambiado prácticamente el listado de especies que había antes», subraya.

La trucha es una de las pocas especies autóctonas que se mantienen con vida en el Tormes, especialmente en la zona de cabecera del río.

En este contexto, Velasco destaca la desaparición de las cuatro especies autóctonas que siempre habían poblado el Tormes, especialmente a su paso por la capital. Se trata de la bermejuela, el escalo (llamado también gallego) y la boga. «Y prácticamente ha desaparecido también el barbo. Ya con la construcción de los primeros embalses desapareció la anguila y con la presencia de las especies exóticas invasoras han ido desapareciendo el resto», apostilla.

Por tanto, solo el barbo mantiene su presencia, aunque bastante escasa, y la trucha, «que se aguanta un poco más porque está en tramos más vírgenes, más altos en la cuenca del Tormes. Esta era la comunidad de peces que había en el río a principios del siglo XX y que ahora prácticamente no se encuentran», sentencia.

La bermejuela es una de las especies autóctonas del Tormes que han desaparecido. Con mínima presencia están el escalo, la boga y el barbo.

Esta situación puede hacerse extensiva en toda la cuenta del Tormes, también en el tramo de la capital, donde las principales especies autóctonas parecen tener los días contados. Según el jefe del Área del Medio Natural de la Delegación Territorial de la Junta, las aguas del Tormes guardan ejemplares de lucio, percasol, alburno y esporádicamente alguna penca, barbo, carpa y gambusa, «y no muchos, porque todo está cambiando debido a la presencia de esas especies exóticas invadoras», entre las que se encuentran, según enumera Juan Carlos Velasco, alburnos, lucios, carpas, bambas, palomas y gambusias, ante todo, pero en algunas zonas también están apareciendo ejemplares de luciopercas y siluros «debido a la posibilidad que tiene la gente de transportar estas especies invasoras en los vehículos y con aireadores, a pesar de que esta práctica puede conllevar una multa muy grave, pero lo difícil es encontrar a alguien que las esté soltando en ese momento», anota.

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Y es que mientras la trucha se hacía fuerte en el tramo alto del Tormes (desde que nace en Gredos hasta Puente del Congosto), a medida que pierde altura (cauce medio hasta el embalse de Villagonzalo, y tramo bajo que atraviesa Salamanca y se extiende hasta el embalse de Almendra), los ciprínidos (barbo, carpa, tenca, gabio...) tomaban el resto del río.

El sirulo es una de las muchas especies exóticas invasoras que actualmente pueblan las aguas del Tormes. A ella se une también el alburno, el lucio, la carpa, la bamba, la gambusia o el lucioperca.

A pesar de esta situación, el Tormes sigue siendo, en palabras de Velasco Marcos, «un río magnífico para la pesca, sobre todo en la zona alta (provincia de Ávila) y allí donde están situados los cotos en Salamanca (entre el embalse de Santa Teresa y el de Alba de Tormes).

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