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Marino Hernández
Martes, 18 de junio 2024, 06:15
Si hay una tienda por la que todo salmantino ha pasado alguna vez en su vida, esa es Ara Moda, en la calle Pozo Amarillo. Durante muchos años este emblemático comercio se convirtió en lugar de peregrinación siempre que una familia preparaba una Primera Comunión. Trajes de ceremonia y atuendo para el protagonista de la jornada se compraban en Ara Moda: «Ese ha sido muchas veces nuestro primer contacto con el cliente. Vender un traje de Comunión implicaba que muchos familiares se acercaran a la tienda y si se cuidaba a los clientes no había duda que volverían», explica a este diario José Ángel Angoso, dueño de la tienda que va a echar el cierre a principios del año que viene.
José Ángel Angoso se jubila, y con él el sueño de su antepasado Ramón García Santana, fundador de la tienda allá por 1960. Han sido 64 años de pasión por la moda y de lucha de tres generaciones por sacar adelante el negocio familiar y adaptarse a las diferentes épocas: «Todo ha cambiado mucho en el mundo de la moda. Antes la gente se ponía una camisa y una chaqueta porque le gustaba vestir bien un domingo, ahora eso da igual y lo único importante es tener un dinerillo para tomar unos vinos», señala Angoso.
Ara bajará la trapa después de haber pasado por muchas etapas, si bien las últimas han sido las más complicadas: «Antes el beneficio de la ropa era mucho mayor. Ahora es más complicado por dos razones principalmente: por la aparición de las franquicias en el centro y por la decisión de la gente de comprar a través de internet».
Angoso recuerda con nostalgia, y con los ojos vidriosos, todo lo vivido desde que era un niño en la tienda, en la que ha atendido «prácticamente a toda la provincia». Sonríe al acordarse de numerosos actores y actrices que antes de actuar en el Teatro Liceo se pasaban por su tienda para hacer alguna compra, y pide a las administraciones mayor implicación para evitar la debacle del comercio de cercanía: «Necesitamos que nos echen una mano. Al Gobierno habría tantas cosas que pedirle que te aburriría y al Ayuntamiento yo le diría que una buena medida de apoyo a los comerciantes podía ser una rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles que al menos para los que estamos por el centro es muy elevado». El empresario, que agradece a toda la clientela la confianza de estos 64 años, también alaba las últimas medidas del Consistorio como las tarjetas de compras con las que acumulas dinero por los abonos realizados.
Ahora en Ara Moda se abre un periodo de liquidación en el que paulatinamente se irán deshaciendo de todo el género con el que se cuenta en los almacenes, después nadie sabe qué será de este comercio: «Estas tiendas tan grandes en el centro ya no tienen mucho sentido a no ser de que sean para instalar una franquicia de las más conocidas. Al final habrá que pensar en alquilarlo o venderlo, pero eso ya es una decisión de todos los propietarios del inmueble».
La decisión de cerrar Ara ha sido acogida con sorpresa por muchos de los clientes. A media mañana era mayor que el del resto de días y entre ellos coincidían en el sentimiento de pena: «No nos lo terminábamos de creer cuando lo hemos visto, porque siempre hemos venido aquí», explicaba Rosa Cámara, mientras buscaba una camisa para su marido antes de que desaparezca este comercio que quedará en los anales de la ciudad.
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