La suspensión 'sine die' de los viajes del Imserso no solo perjudica a 32.000 mayores de la provincia que se quedarán sin vacaciones hasta 2024, sino que también supone, por el momento, la pérdida de más de 6.000 pernoctaciones en la capital del Tormes. La provincia es también destino de este programa de turismo que organiza el Ministerio de Asuntos Sociales, que no solo contribuye a aumentar la ocupación hotelera, sino que también conlleva ingresos para el sector de restauración y comercial de la ciudad y varios municipios de interés turístico. De hecho, Salamanca es la provincia de Castilla y León donde mayor número de plazas ofertan los viajes del Imserso.
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Entre octubre y mayo estaba concertada, al menos, la llegada de entre 25 y 30 grupos de medio centenar de mayores a Salamanca, dentro de los viajes culturales de interior. Cada una de estas visitas dura seis días, es decir, cinco noches de hotel, que multiplicadas por entre 1.250 y 1.500 participantes implican más de 6.000 pernoctaciones en la temporada baja —no se incluyen puentes ni periodos vacacionales como Navidad y Semana Santa—, según explica la vicepresidenta de la Asociación de Empresarios de Hostelería, Helena Lorenzo, cuyo hotel es el principal perjudicado de la ciudad de Salamanca.
Más allá del impacto económico que pueda suponer para su negocio, Lorenzo denuncia la situación de incertidumbre que se ha generado después de que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) haya suspendido el proceso de contratación del programa ante el recurso presentado de Soltour, Nautalia y Mundiplan. Por un lado, los hoteles afectados no pueden mantener bloqueadas unas habitaciones que saben que, al menos, en los próximos meses no van a ser ocupadas por el Imserso como estaba previsto. Pero tampoco pueden cancelar todas las prerreservas ya que el TACRC puede emitir una sentencia en cualquier momento y poner fin a la suspensión actual. En cualquier caso, la vicepresidenta de los hosteleros explica que, si bien las habitaciones pueden irse comercializando a medida que se acercan las fechas y no hay previsión de que el Imserso vaya a ocuparlas, sí se pierden los contratos previstos para reforzar la plantilla durante casi ocho meses y atender a los cientos de mayores que se esperaban.
«No podemos coger extras para esto porque es un trabajo para todas las semanas y todos los meses. La situación es más problemática y va más allá de las plazas de hotel que se puedan quedar sin vender», remarca la vicepresidenta.
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