La Virgen de El Viso reúne en su ermita a cientos de devotos

Las mayordomas de la Virgen de El Viso, María Encina Juanes y Jacqueline Mayoral, fueron las encargadas de cumplimentar a los cofrades en las celebraciones anuales que se desarrollaron en la ermita de la patrona de la agrupación religiosa. Además, fueron las protagonistas de la solemne eucaristía celebrada en el pequeño templo armuñés, que se llenó de devotos en el día grande de la Virgen que está considerada la patrona de los labradores de la comarca de La Armuña.

Una jornada festiva que se desarrolló en Monterrubio de Armuña y que la Cofradía mantiene viva cada año y que, a pesar de coincidir con las numerosas fiestas de los pueblos y periodo de vacaciones de muchos fieles, cuenta con el apoyo y respaldo del centenar de fieles de los distintos municipios de la comarca que no faltan cada 15 de agosto a su cita con la patrona de La Armuña, a la que rinden honores en su día grande.

La fiesta grande en honor a la Virgen del Viso sirve para rememorar y mantener vivo el milagro de la aparición de Nuestra Señora en la ladera de la colina. Allí acogió y resguardó a una niña que estaba perdida, a la que dio de comer un plato de lentejas y una pera. De ahí que los mayordomos sigan cumpliendo con la tradición de repartir tres peras a cada cofrade en la víspera del día grande.

Los vecinos de La Armuña rinden culto a esta imagen desde el siglo XVII, fecha de la que al menos data el documento más antiguo, donde el Papa Urbano VIII concede indulgencias y gracias a los devotos de la Virgen.

Cabe recordar, que esta imagen actual es un reproducción de la talla del siglo XII, que desapareció de la ermita en la noche del 19 al 20 de agosto de 1963. El famoso ladrón de arte sacro Eric el Belga, ya fallecido, fue el presunto ladrón de la imagen original que nunca ha aparecido.

Tras la desaparición los cofrades de El Viso no se quedaron mano sobre mano y reflejaron en las actas de la cofradía «el sentimiento causado al pueblo por el robo sacrílego», a la par que nombraron una Junta a la que encargaron la adquisición de otra imagen que se tallaría siguiendo las fotografías de que disponían de la desaparecida.

La tradición dice que la nueva Virgen, estrenada en 1964, es obra de Damián Villar y la agrupación conserva intacta la lista de los donantes de distintos pueblos que aportaron dinero para la compra. Los más generosos entregaron 1.250 pesetas y los más humildes 25. Entre todos consiguieron casi un milagro y es que sobre la peana de la ermita luciera al año siguiente la réplica de la talla sustraída.

A pesar de los años transcurridos la imagen está incluida en un banco de datos sobre piezas de Patrimonio Histórico sustraídas y tanto Interpol como Policía Nacional mantienen abierto el expediente. La esperanza de recobrar la obra de arte no se ha perdido, puesto que los vecinos de Espadaña en 2002 recuperaron la imagen del Cristo de las Batallas, robada de su emplazamiento original tres décadas antes.

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