Fuera del área de metropolitana de Salamanca, la agricultura y la ganadería son un importante motor para la economía, pero no solo el único. De hecho, un fuerte sector primario no evita la despoblación. La prueba más clara son Garcirey y Gejuelo del Barro, con una alto censo de cabezas de ganado pero más despoblados que el desierto del Sáhara. El asentamiento de empresas en algunos municipios ha impulsado su desarrollo. Es el caso de Juzbado, donde, debido a la presencia de Enusa, la industria química en la actividad económica con mayor número de afiliados, concretamente 376, frente a los seis que viven del sector primario.
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En Aldeatejada, donde se ubican CGB e Viewnext, hay medio millar de personas que trabajan en empresas de programación o vinculadas a la informática. Representan más de la mitad de los empleos del municipio. Lo mismo ocurre con Villamayor, donde gracias a la presencia del Parque Científico, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) contabilizaba al cierre del pasado año 1.169 empleados en compañías tecnológicas. Y el Boletín Anual del Mercado de Trabajo Municipal de Salamanca destaca también que en Barruecopardo trabajan en la extracción de minerales metálicos 114 personas, 55 % de los puestos de trabajo que genera el municipio. En Doñinos de Salamanca son la industria del papel, así como la agroalimentaria, las que ejercen de motores económicos.
Pero, fuera de la capital del Tormes, también hay mucho paro. Más de la mitad de los demandantes de empleo de la provincia residen fuera de la ciudad del Tormes. Según el boletín que el SEPE dedica a analizar la situación del mercado laboral en esta provincia, de los 17.419 desempleados que había el 31 de diciembre de 2024, 8.653 residen en la capital, un 49 % del total. El resto se distribuyen por el resto del territorio. Por volumen de población, Santa Marta de Tormes es la segunda localidad en la que residen más demandantes de empleo: 822 frente a 4.108 trabajadores. Llama la atención el contraste entre Béjar y Ciudad Rodrigo. En la ciudad textil hay más parados que en Miróbriga (790 frente a 760), pero menos trabajadores (2.548 frente a 3.486).
Destaca la alta tasa de paro de Terradillos. Conforme a los datos del SEPE, cerró el pasado año con más desempleados que trabajadores. Contabilizó 255 demandantes de empleo frente a 238 afiliados a la Seguridad Social. Aunque la situación no es tan extrema, también en San Cristóbal de la Cuesta hay una alto índice de paro, ya que por cada tres trabajadores hay más de un parado.
Por el contrario, Guijo de Ávila y Huerta tienen las menores tasas de paro de la provincia. En el primero de los municipios, en 2024 había solo seis desempleados frente a 374 ocupados. En el segundo, son nueve frente a 526. También presentan buenos datos, según el boletín estadístico, Fuentes de Béjar, La Alberca, Topas, Villagonzalo de Tormes, Beleña y Barruecopardo.
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En cuanto, al número de trabajadores, después de Salamanca, no figura Santa Marta de Tormes, el segundo municipio con más población de la provincia, sino Carbajosa de la Sagrada. Pese a contar con casi la mitad de habitantes, suma un 80 % más de puestos de trabajo. Tiene 7.373 afiliados a la Seguridad Social, mientras que en Santa Marta son 4.108.
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