

Secciones
Destacamos
El Cristo del Monte de Alaraz ha recuperado su aspecto original de cuando se creó, aproximadamente entre finales del siglo XVII e inicios del XVIII, según explican las restauradoras Carmen Diego Espinel y Carmina Fernández Bermejo que durante un mes han trabajado minuciosamente para recuperar todo el esplendor de esta valiosísima talla de Jesucristo crucificado.
Para entender el trabajo llevado a cabo hay que retrotraerse al historial de intervenciones realizadas durante la vida de esta talla. Al parecer fue repolicromada en el siglo XVIII y fue restaurada como hace treinta años, pero de esta última restauración no se dejó ningún informe, algo que ha hecho más complicado el trabajo llevado a cabo en esta última actuación.
Las restauradoras se encontraron el Cristo “muy irregular, mate, le habían quitado al repolicromía anterior y tenía como marcas de bisturí de aquel proceso, no estaba rematada la limpieza ni el estucado”, explican las restauradoras. Tras la realización de un estudio previo llevaron a cabo una intervención para “ajustar mejor los retoques dados en aquella restauración anterior, rematar la limpieza porque no se había quitado bien el repinte”.
Algunos de los pasos que han llevado a cabo han sido: “El estucado, la recreación cromática y el barnizado final”. Todo ello queda debidamente registrado en un informe que entregarán a la Sociedad de Socorros Mutuos del Cristo del Monte de Alaraz, que es la que ha encargado este trabajo, gracias a que los socios han cedido el dinero que ganaron tras ser agraciados con el reintegro de la Lotería de Navidad de la asociación.
Diego García Hernández, presidente en estos momentos de esta sociedad, explica que también gracias a este dinero restaurarán las andas del Cristo, se han barnizado las puertas de la ermita, se ha puesto una nueva, van a instalar unas placas solares para que cuando alguien habrá la ventanita de la ermita se ilumine el Cristo.
El Cristo del Monte de Alaraz es muy conocido, se trata de una talla de la escuela castellana, sin autor conocido aunque hay quienes lo vinculan a la escuela de Pérez Robles. No obstante estos datos “hay que cogerlos con pinzas”, consideran las restauradoras. La talla está construida en madera de pino y goza de un estado de conservación muy bueno, sin carcoma.
Este Cristo goza de gran valor artístico e histórico pero también tiene un profundo valor sentimental sobre todo para los alaraceños.
“En algunos relatos antiguos se habla del Cristo de las Aguas y su fiesta cumbre es el Lunes de Aguas que es cuando lo bajan los quintos al pueblo donde permanece durante todo el verano, por eso tiene tanto sentido”, recuerda Diego García.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Jorge Holguera. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.