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Sábado, 10 de agosto 2019, 14:43
Las aguas cristalinas y frescas de la piscina natural del Puente del Congosto son una alternativa ideal para soportar los sofocantes calores de la provincia salmantina en los meses de verano. Este municipio de apenas 250 habitantes se encuentra enclavado en plena Sierra de Béjar. ... Un espacio espectacular con el puente de fondo, que nos permite disfrutar de los días veraniegos en la provincia de Salamanca, como destacan fuentes del Ayuntamiento: “Una zona por descubrir, donde encontramos un patrimonio cultural y natural muy rico, en la que destaca la Sierra de Francia, como reserva de la biosfera”.
Este paraje natural bañado por el río Tormes crea pozas cristalinas que resultan ideales tanto para el baño como para la pesca. Un lugar muy frecuentado por los habitantes de la zona como recalcan fuentes del Consistorio local: “Los fines de semana se llena esta zona, que además del gran patrimonio cultural, existe una gran comunicación, con capitales como Salamanca, Ávila o Madrid”.
Un lugar perfecto para pasar un agradable día en familia, “mucha gente de fuera tiene su segunda resindecia y se pasan las vacaciones aquí”, añade fuentes del Ayuntamiento.
La piscina de unos 300 metros de extensión que se encuentra a las afueras del municipio, está formada por un azud que recoge parte del caudal del río Tormes hacia el canal que conduce a una pequeña central hidroeléctrica, en desuso hoy en día. Este espacio fluvial es la entrada del Alto Tormes en la provincia salmantina. Un sitio donde se forman pequeñas cascadas y rápidos donde disfrutar sentado del agua en corriente y tomar el sol tranquilamente: “A pesar de la sequía, este año se ve mucha afluencia de público”, recalcan fuentes del Consistorio.
Como acompañante de la piscina natural se presentan números servicios que ofrece el lugar, como son aseos, merenderos, espacios de sombra o un aparcamiento, que ponen la guinda a una de las zonas de ocio más conocidas de Salamanca. Un lugar donde el relax, la lectura y los paseos para conocer el lugar son los verdaderos protagonistas.
Además, la zona de baño cuenta en sus inmediaciones con una explanada para dejar el coche y una arboleda espesa, tan necesaria en verano, un paraje para sentarse con las mesas y sillas de picnic para disfrutar de un día en naturaleza. Y para completar un día en naturaleza, se le une la posibilidad de realizar “rafting” (navegar por la corriente del río Tormes a bordo de una canoa). Todo esto se completa un gran abanico de actividades culturales, como la visita al castillo del siglo XV.
Un espacio natural de escasa vegetación, con abundantes pedregales en el que la vista se va hacía el cauce cortante del río, los puentes, de restos de central hidroeléctrica y de la imponente fortaleza, que al fondo marca el punto final del recorrido.
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