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Miércoles, 30 de septiembre 2020, 20:05
Enclavado en la Tierra de Ledesma se encuentra el municipio de Sardón de los Frailes, agraciado con un entorno que descubre al visitante el inmenso embalse de Almendra, la imponente presa que se eleva sobre las aguas y hermosas estampas de auténtica naturaleza.
Castilla y León se distingue por tener lugares increíbles a lo largo y ancho de sus nueve provincias, aunque en esta ocasión posamos la mirada en uno especialmente cercano. A tan solo 70 kilómetros de Salamanca se encuentra esta hercúlea presa de Almendra, el lugar en el que el río Tormes se convierte en mar.
Desde la delegación de Turismo de Sardón el Ayuntamiento presenta un vídeo con vista de pájaro rodado al final de la primavera de este año con la capacidad del embalse rozando la friolera del 83% de agua. El recurso promocional muestra así la presa más alta del país, con 202 metros, además del envidiable entorno ecológico que la rodea.
En ella el Tormes guarda secretos a su antojo, fruto de la errática pero bella naturaleza, puesto que cada año las aguas bañan las tierras de Salamanca y Zamora de forma única. Es precisamente este detalle el que hace que cada visita sea como la primera vez, siempre particularmente única.
Se trata de una presa de bóveda inaugurada en 1970; una majestuosa y ciclópea obra de ingeniería que soporta un embalse con capacidad para 2.648 hectómetros cúbicos, que lo convierte en el tercero más grande de España. A este reclamo paisajístico y mágico se une el municipio salmantino de Sardón de los Frailes, que conforma una curiosa península dentro de la inmensidad del pantano.
Las rutas a pie cobran, por lo tanto, un gran protagonismo en la actividad turística de Sardón. El senderismo entraña toda una aventura, contando con centenares de hectáreas de tierra, piedra e incluso cuarzo, que el pantano ha ido tallando y erosionando a su gusto durante los últimos cincuenta años.
El foráneo amante de estos fenómenos puede disfrutar de parajes llenos de rincones y sensaciones, plagados del misterio de lo oculto, de lo sucumbido bajo las aguas, allí donde el hormigón se ha fundido con la naturaleza. Este año la crisis sanitaria ha obligado a cancelar la ruta senderista que organiza el Ayuntamiento, y que también alcanza a encinas y carrascos, con aroma a tomillo y romero.
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