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Grullas buscando alimento en una tierra próxima a la localidad de Campo de Peñaranda TRISOL
Un espectáculo único en la comarca de Peñaranda

Un espectáculo único en la comarca de Peñaranda

Cientos de grullas pueden verse estos días en el entorno del azud de Riolobos, al que regresan al caer la tarde para dormir y en el que permanecerán hasta el mes de marzo procedentes del norte de Europa

Viernes, 10 de diciembre 2021, 17:56

La comarca de Peñaranda, en concreto la zona más próxima al azud de Riolobos entre los términos municipales del Campo de Peñaranda y Villar de Gallimazo, recibe estos días a miles de grullas que pasan el invierno en tierras salmantinas y que ofrecen un maravilloso espectáculo visual.

Su aparición es cada año el mejor indicativo de la llegada del frío y su presencia con bandadas en vuelo y a pie de campo es todo un espectáculo visual, tanto en el azud de Riolobos como en los pueblos del entorno.

“Las grullas que llegan estos días a Riolobos vienen desde Alemania, Dinamarca y otros países del norte de Europa y suelen pasar aquí el otoño y el invierno. Se alimentan principalmente de los restos de la cosecha de maíz, que para ellas tienen una gran cantidad de nutrientes y durante el día se las puede ver por toda esta zona de la comarca de Peñaranda y, ya por la noche, entran a dormir al azud porque es un lugar seguro”, comenta Guillermo Hernández, reconocido especialista en ornitología.

A lo largo del día, tal y como explica, es habitual ver a las grullas buscando comida en el entorno del azud, en muchos casos a escasos metros de carreteras y caminos, y al atardecer regresan a Riolobos para pasar la noche en otra de las imágenes de gran belleza que propicia el ciclo natural de estas aves.

La lenta pero significativa recuperación del azud, a raíz de las últimas aportaciones de agua que hace la Confederación Hidrográfica del Duero, y de las aportaciones que llegan del Canal de Villoria cuando va al máximo de su capacidad para asegurar el riego al de Arabayona, han “resucitado” el humedal aunque, por desgracia, sin alcanzar la riqueza ornitológica de sus inicios.

La próxima puesta en marcha del canal de La Armuña en su primera fase “resucitará” el azud de Riolobos para el regadío de más de 6.000 hectáreas y se espera también que tenga una repercusión positiva en el humedal artificial, uno de los más importantes de toda la Región, según los expertos.

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