Torresmenudas combate el frío a base de viandas del cerdo

Los vecinos de la localidad de Torresmenudas disfrutaron de una de las citas festivas más tradicionales del invierno con la celebración de la matanza, un evento que estaba incluido dentro del ciclo de celebraciones matancera de la Diputación.

A primera hora de la mañana, los voluntarios comenzaron con los preparativos de la lumbre necesaria para las faenas de la matanza y degustaron un tradicional convite de perronillas y aguardiente. Como matancero de la jornada ejerció Manuel Benito, que fue explicando a los asistentes todo el proceso, paso a paso.

Desde el sacrificio y chamuscado del cochino, que pesó 160 kilos, hasta los primeros pasos para el despiece, que incluyeron cortarle los pies y las orejas, para después abrirlo y pasar a eviscerarlo para llegar al paso de sacar las costillas, los jamones y las paletas, que poco a poco, fueron picándose para después pasar por el proceso del adobo tradicional que se usa para la elaboración de los chorizos.

La mayoría de los asistentes a estas labores matinales fueron adultos, pero tal como señaló el matancero, Manuel Benito: “En el caso de los niños no son labores que hayan visto la mayoría de ellos y les explico el proceso, paso a paso para que lo entiendan”.

Las mujeres de la localidad, que colaboraron con el matancero, se encargaron de preparar otras viandas como las morcillas y el hígado encebollado, que se fueron degustando según avanzaba la mañana para que los encargados de picar las carnes recuperaran fuerzas. Las chichas adobadas se reservaron para la merienda de hermandad vespertina de los vecinos. eñe

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