C. Rodrigo
Viernes, 28 de febrero 2025, 07:05
Un respeto vertiginoso por el pregón mayor se agolpa en el pecho de Rubén Amón, periodista, amante de la tauromaquia y pregonero en esta edición. Durante el acontecimiento, en espíritu, le acompañará su padre, con quien recorrió desde niño el mundo del toro, siguiendo sus pasos como aficionado, y ahora como orador desde la plaza y el Teatro Nuevo.
Publicidad
¿Cómo recibió la invitación para desempeñar este honorífico papel y qué pensó?
—La primera mediación fue a través de un banderillero amigo mío, y me sorprendió para bien, porque conozco la historia y la tradición del pregón, sobre todo porque cuando ya habló el alcalde conmigo teníamos muy presente que mi padre había sido pregonero. En aquella ocasión no estuve, pero sabía muy bien lo que significaba, por eso fue una impresión muy agradable, y al mismo tiempo un ejercicio de responsabilidad, no solo por lo que supone estar a la altura del pregón del Carnaval del Toro, sino por lo que supone estar a la altura de mi padre. Supone cierta presión, pero son dos presiones estimulantes, creativas.
¿Irá este pregón en la misma línea que el de su padre?
—Tengo escrito el pregón de mi padre, y también la grabación, pero decidí no leerlo ni escucharlo, precisamente para no estar condicionado excesivamente. Mi intención es leerlo en el viaje de vuelta, por eso no puede haber continuidad entre lo que dijo mi padre y lo que diga yo. Lo que es inevitable es que yo soy aficionado a los toros por herencia, y conozco bien hasta que tengo recuerdo, cuál era el punto de vista de mi padre sobre la tauromaquia, y eso va a influir, pero implícitamente. Es posible que haya cosas que coincida, pero porque son mi herencia, la he adquirido a través de él.
¿Cuáles son sus primeros recuerdos del mundo del toro?
—Tengo un recuerdo muy concreto de cuando era niño, vi vestirse de luces a Paco Camino en Madrid, aunque no recuerdo haberlo visto torear. Siendo cinco hermanos repartíamos el tiempo, cada uno en sus aficiones, y yo tuve la fortuna de que los toros fueran el vínculo con mi padre. De esa pasión común vinieron muchas horas juntos... Así que a los toros yo les debo el vínculo más estrecho que he tenido con mi padre, nada menos.
¿Es su primer Carnaval del Toro?
—He estado como visitante en Ciudad Rodrigo, ya que hay muchas ganaderías en la zona, pero nunca he estado en estas fechas, así que estoy un poco impresionado por toda la ceremonia que se me viene encima, en el buen sentido. He recibido una especie de escaleta con las actividades que implica y estoy un poco sobrepasado.
Publicidad
Preguntamos al público qué espera del pregonero... ¿Qué espera usted de Ciudad Rodrigo?
—Lo que me atrae es la expresión de la tauromaquia en su plenitud y en su totalidad. Es una ciudad en la que el toro lo atraviesa todo, desde la fiesta popular y el encierro hasta el acontecimiento taurino en sí mismo, se vive desde el lado más lúdico pero también desde el lado más solemne; el toro en la plaza, en la calle, en el campo, y casi en el alma de las personas. Todo ello forma parte de una esfera, una burbuja diríase, que es muy difícil de reproducir en cualquier otro lugar.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.