Las tormentas provocan la caída de parte de El Torreón de Guijuelo

Las tormentas de días atrás parecen haber sido el origen más probable del derrumbe de unos sillares de El Torreón de Guijuelo, símbolo de Guijuelo, aunque se trata de un edificio de propiedad privada ubicado en una finca particular.

Según ha podido saber LA GACETA, el Ayuntamiento de Guijuelo ha procedido a vallar el entorno de la edificiación por motivos de seguridad. Lo ha hecho de acuerdo con los propietarios, que han autorizado la señalización para advertir del peligro en caso de que se acceda a la zona, que tiene el acceso restringido por ser una finca privada.

Según parece, los restos que se han caído son unos sillares que quedaban del ábside y material de relleno. La estructura principal sigue en pie y el arco que forma parte del escudo de Guijuelo está intacto.

En la actualidad se conserva la cabecera o ábside de planta poligonal con bóveda de abanico. Se trata de una edificación de granito y mortero de cal, con gruesas paredes, reforzados por contrafuertes, un arco de medio punto decorado con medias esferas y parte de la bóveda, también de granito, que es de dónde han caído los sillares.

El edificio data del siglo XV y todos los indicios apuntan a que se trata de una iglesia que no terminó de hacerse. Pese a no tener ninguna protección del estilo de los Bienes de Interés Cultural, El Torreón se convirtió con el paso de los siglos en el símbolo indiscutible de Guijuelo hasta el punto de que forma parte del escudo y la bandera de la villa, el grupo folclórico de la localidad lleva su nombre y son numerosas las ocasiones en las que se pone de manifiesto el valor sentimental del que viene a ser los restos del único edificio anterior al siglo XIX.

La asociación Hispania Nostra incluyó al Torreón en la Lista Roja del Patrimonio en 2014 junto con otros edificios de la zona. Así, se encuentran en una situación similar el torreón de Santibáñez de Béjar o el Torreón de los Dávila o castillo de Cespedosa de Tormes. También el castillo de la Mora Encantada y la muralla de Salvatierra de Tormes.

Pese a ser de propiedad privada, numerosas son las personas que acceden a la finca y prueba de ello son las pintadas que aún están visibles en el interior del ábside. Con el vallado del perímetro se quiere evitar el «efecto llamada» dado que se trata de un inmueble que ha sufrido la pérdida de algunas piezas. Diferentes ayuntamientos y propiedad han negociado en diferentes ocasiones la fórmula para convertir este símbolo de Guijuelo en un espacio de disfrute público, aunque hasta el momento no se han producido avances.

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