Las 'otras' Teresas desde el siglo XVI

Los retratos y tallas de Santa Teresa, e incluso los estandartes bordados con su efigie se han sucedido a lo largo del tiempo hasta llegar en el siglo XX al cine, y su imagen, tal como la plasmaron los distintos artistas, ha ido variando a lo largo del tiempo, aunque se han respetado siempre algunos detalles que reflejó por escrito la Madre María de San José que convivió con la Santa Andariega.

Los tres lunares que adornaban su rostro, los ojos negros y las cejas gruesas y arqueadas, han sido una constante en los cuadros y esculturas, puesto que la religiosa lo dejó relatado en su descripción del rostro de la madre Teresa, al igual que las características físicas se ha mantenido el respeto histórico por el hábito y la toca tal como se llevaban en el siglo XVI. En el resto de los detalles es donde han entrado en juego las capacidades creativas de cada artista. Otro de los referentes históricos para buscar un modelo realista de la cara de Santa Teresa de Jesús es el retrato pintado por su contemporáneo Fray Juan de la Miseria, según aparece escrito en el lienzo: «Pintólo Fray Juan de la Miseria, 6 de junio de 1576».

Este retrato se dice que fue pintado al natural, y por tanto, es de un enorme valor histórico. Se conserva en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Sevilla. Presenta a la Santa de medio cuerpo, con el hábito y capa del Carmelo con que iba a aparecer después en la mayoría de las obras de su iconografía; en la parte superior izquierda hay un rompiente de luz, desde el que la ilumina el Espíritu Santo. Se sabe por la historia de su vida, que la Santa Andariega estuvo en Sevilla de 1575 a 1576, y fue en este tiempo cuando fue pintada del natural por este fraile carmelita. Cuentan las crónicas, que no le gustó a la Santa el resultado de la pintura, y lo expresó con su lenguaje espontáneo, diciendo que «la había pintado fea y legañosa…».

Después llegaron el retrato de su estandarte de la Canonización de 1622, decenas de retratos y esculturas hasta bien entrado el siglo XIX, aunque hasta hoy en día en Alba de Tormes el referente del rostro de Santa Teresa es la talla de 1840 de Juan Nepomuceno que cada año sale en procesión en cada festividad de la patrona.

En la gran pantalla Aurora Bautista en 1962 la encarnó en la película de Juan de Orduña y en 1984 fue Concha Velasco quien dio vida a la Santa en una mini serie para la televisión. La última en esta lista es Paz Vega en la película de 2007 «Teresa: el cuerpo de Cristo», de Ray Loriga.

• Temas
• Religión
• Alba de Tormes
• Santa Teresa
• Series de Televisión