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Puente del Congosto
Miércoles, 15 de enero 2025, 20:35
«De cada mata que cortan salen siete u ocho más con lo fácil que es arrancarlas ahora que hay buena maquinaria», señala Gregorio González, vecino de Puente del Congosto sobre la forma de limpiar los árboles del cauce del río Tormes. Lo hace alertando de los riesgos que puede haber en el pueblo por una nueva crecida como la que sufrió en diciembre de 2019. Y es que su vivienda fue una de las afectadas por aquella riada histórica asimilable a la de 1963.
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«La última señal del agua está en la cochera», explica Gregorio Martín señalando la marca que dejó la crecida dentro de su casa. Y es que la calle donde vive se vio llena de maleza, troncos y diverso material. Se fue la luz porque el agua llegó al contador y estuvo varios días sin servicio: «Hasta el día de Nochebuena aguantando y me la dejaron funcionando», recuerda Gregorio (la riada tuvo lugar en la noche del 19 al 20 de diciembre). También tuvo problemas con la caldera, que se averió y el arreglo le costó «dos mil y pico euros», y con el tanque del combustible: «tumbó el depósito de gasoil. Hacía tres días que lo había llenado con mil litros y quedaron 400», relata. «Me decían que me subiera a lo más alto, pero como no me colgara de la lámpara...», explica recordando aquella larga noche para los vecinos de la localidad.
La limpieza de los cauces de los ríos es siempre un tema problemático porque en las zonas consideradas urbanas, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) señala a los ayuntamientos como responsables. Eso sí, antes de tocar una rama han de solicitarle autorización. Los árboles están creciendo y hay maleza acumulada de alguna crecida de los últimos tiempos y el Ayuntamiento piensa y intervenir en su acondicionamiento. Lo hará, según confirma el alcalde, Felipe Antón, con medios y trabajadores propios gracias a las subvenciones de empleo. Pero para limpiar el río hay también muchos condicionantes: Ahora, por un lado, viene más crecido y no se puede trabajar en todo el cauce y, después, hay épocas de anidación de aves en las que tampoco se deja intervenir. Tiene, por tanto, un plazo muy limitado para actuar pero tiene intención de hacerlo en cuanto esas condiciones lo permitan.
Gregorio González pide, mientras tanto, que se poden los árboles y que en lugar de cortar, se arranquen de raíz algunos de ellos para evitar que crezcan de nuevo y sigan provocando posibles problemas por las avenidas que puedan surgir. De paso, creen otros vecinos, no estaría de más que se limpiaran los cauces aguas arriba porque las crecidas del Tormes han arrastrado, como pasó en 2019, muchos troncos, maderas y demás que se acumulan en zonas donde la competencia y responsabilidad es exclusiva de la CHD.
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