La suerte de terminar de estudiar y empezar a trabajar: «Nuestra labor en los pueblos ayuda mucho a los vecinos»

Álvaro Acera Muñoz es natural de Béjar y es uno de los jóvenes salmantinos que se ha beneficiado del programa de egresados puesto en marcha por la Diputación de Salamanca para ocupar plazas en ayuntamientos de la provincia.

Procede de una conocida familia en la ciudad con cuatro generaciones de secretarios municipales y sigue esa trayectoria en cuatro pueblos de la comarca de Béjar, como son Colmenar de Montemayor, Horcajo de Montemayor, Valdehijaderos y La Calzada de Béjar.

Estudió Derecho en Salamanca, donde trabajó dos años como abogado y se desplazó después a Madrid para desarrollar esa misma tarea. Amplió su formación con sendos másteres y tuvo conocimiento de la existencia del programa para egresados de la Diputación de Salamanca. Se apuntó y accedió a la plaza de secretario interventor a través de un concurso de méritos para cubrir una plaza en esos cuatro municipios de la comarca de Béjar durante tres años de forma interina.

Todo ello fue en 2022 y resta un año para que se concluya ese plazo, aunque ya tiene nuevas opciones laborales porque realizó el examen de la bolsa de Castilla y León y lo aprobó. Por tanto, cuando finalice su trabajo en los cuatro municipios de la comarca de Béjar, accederá a la bolsa de interinos de la Junta.

Para él, trabajar como secretario, interventor y tesorero en cuatro municipios pequeños supone ofrecer «una ayuda importante a los vecinos» porque «son de edad avanzada y su administración de referencia es el Ayuntamiento». De hecho, asegura que realiza labores gratuitas, que no son de su competencia, con el objetivo de ayudarles. La relación con ellos es continua, ya que se ocupa de tareas que afectan a la vida diaria en cuestiones como la recaudación de impuestos, la gestión del padrón y el Registro Civil, entre otros servicios.

Aficionado a la montaña y amante de su tierra natal, Béjar, donde dos de sus bisabuelos fueron alcaldes, afirma sentirse muy unido a una ciudad de la que destaca su gran patrimonio natural que «no cambiaría por nada» por lo que su futuro, de momento, pasa por seguir trabajando en esta zona de Salamanca.