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Hay muchas personas que conocen Cantalpino por ser el pueblo en el que nació la beata Sor Eusebia Palomino Yenes. Cada año son decenas las personas que aprovechan sus vacaciones para hacer una parada en este municipio para venerar a esta hija de Cantalpino. Esta localidad del noreste de Salamanca presume así de su antepasada, que fue monja y nació el 15 de diciembre de 1899. De hecho, tanto es el orgullo de los cantalpineses por Sor Eusebia que en las dos entradas principales a la localidad se pueden ver dos grandes letreros dando la bienvenida a los visitantes que recuerdan que nació en Cantalpino.
Otra muestra del gran cariño que se tiene a esta religiosa salesiana que falleció en Valverde del Camino el 10 de febrero de 1935, se puede ver en el nombre de la asociación de mujeres, que lleva su nombre.
Sor Eusebia Palomino nació pobre, en la casa más humilde de la localidad, en la entonces plazuela del motor, hoy plaza de Sor Eusebia Palomino, en cuyo centro se alza una escultura de bronce en su honor.
Las Hijas de María Auxiliadora tienen gran amor por Sor Eusebia, razón por la que crearon un centro de espiritualidad en su casa natal y propiedades adyacentes, que con el tiempo fueron adquiriendo con el fin de conservar con mimo la morada que vio nacer a la beata de Cantalpino. Las Salesianas preparan con cariño dos importantes aniversarios vinculados con Sor Eusebia:El 24 de agosto se cumplirán 100 años de su profesión, después de que en 1924 fuese admitida como monja Salesiana tras pasar un periodo como novicia.
Además, el 25 de abril se cumplirán 20 años de ser nombrada beata por el Papa Juan Pablo II. Aquella primavera de 2004 muchos vecinos de Cantalpino y de Valverde del Camino, Hijas de María Auxiliadora y otras personas que guardan devoción a Sor Eusebia se trasladaron a Roma para festejar este esperado momento. Entre ellas se encontraba Isabel Sierra Pinto, una cantalpinesa que tiene un importante papel en la difusión de la vida de la beata.
Esta vecina de Cantalpino vive en la plaza de Sor Eusebia y además tiene su tienda, el estanco, en esta zona de la localidad. Todas las personas que quieren visitar la casa en la que nació la beata saben que Isabel Sierra les abrirá la puerta y presentará a esta ilustre hija de Cantalpino.
Tiene muchas curiosidades que contar, vivencias propias y de otras personas que han visitado la casa. Recuerda a un señor que le contó que caminando por Nueva York quedó asombrado. «¡No puede ser que esté Sor Eusebia en la Quinta avenida!», exclamó y cuenta que aquel caballero relataba que se había encontrado en la ciudad más poblada de los Estados Unidos con una persona que llevaba en su mano un llavero de la beata.
Recuerda también que cuando acudió a Roma para celebrar la beatificación se encontró con un francés que estaba muy enfermo y sanó gracias a que le encomendaron a Sor Eusebia:colocó su estampa debajo de la almohada y experimentó una mejora considerable. Estas y muchas otras historias cuentan las decenas de personas que visitan Cantalpino atraídas por la hija del pueblo que esperan ver canonizada.
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