La solidaridad no defrauda en Guijuelo

El espíritu solidario de los guijuelenses se puso de manifiesto de nuevo en la noche del sábado con motivo de la celebración de la fiesta solidaria de la pesada, que forma parte de la programación complementaria de la matanza tradicional y que congregó de nuevo a numerosos vecinos y visitantes. 

Todos estaban allí por dos razones: disfrutar de la celebración matancera y, además, haciéndolo de forma solidaria. Los presentes aportaron donaciones para la lucha contra el cáncer para poder participar en la apuesta de la pesada, que suponía ayer adivinar en kilos (ya no en arrobas, para no liar más el asunto) a tres personas de la familia Ramos. Eran José Antonio Ramos, hostelero local e impulsor de la iniciativa junto con su padre Toñín y su hijo Josete. Era más difícil acertar el peso de tres que de dos, pero no impidió que decenas de personas lo intentaran dejando su porra. Al final, con una notable expectación por parte del público, el resultado fue el siguiente: Toñín, 86,5 kilos; José Antonio, 100, y su hijo Josete, 68,5. Era difícil acertar los tres, aunque sí hubo quienes se aproximaron y clavaron alguno de los pesos.

La fiesta fue larga ya que había comenzado con el tradicional cocido que había congregado a más de dos centenares de personas, entre ellos, los hermanos del municipio portugués de Pinhel, que se encontraban en Guijuelo para participar en la Feria Gastronómica. También había matanceros, águedas y otros muchos vecinos que disfrutaron de una larga jornada. José Antonio Ramos, el organizador, agradeció también el apoyo prestado por su grupo de amigos, que colaboran año tras año con él en esta pesada, que se hace con la romana típica. La recompensa para todos los presentes llegó después en la plazoleta de los salones del Pernil, donde hubo degustación de sabrosas viandas como sopas de ajo, papada o chichas.

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