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Domingo, 26 de junio 2022, 13:17
Cuando ya se habían casi cumplido tres años de los cuatro que establece la Unión Europea de cuarentena en el caso de detectarse un árbol infectado por el nematodo, el sureste de la provincia vio como sus esperanzas se venían abajo a finales del mes de julio del pasado año en el término municipal de Sotoserrano.
Al confirmarse este nuevo caso de la enfermedad que afecta a las coníferas, la Junta aplicó la normativa europea, renovándose el periodo de cuarentena durante cuatro años más, prolongando las pérdidas de los pueblos al no poder vender la madera de los montes incluidos en la denominada “zona demarcada”, de 20 kilómetros a la redonda desde el punto de infección, por otros cuatro años.
Desde ese momento, al igual que realizó durante los tres años anteriores, la Junta estableció una serie de controles rutinarios y toma de muestras en los montes de la “zona demarcada” para conocer la posible extensión de la enfermedad de los pinos. Unos controles que, según confirma la administración autonómica, “no han detectado en este último año ningún nuevo positivo de infección por nematodo”.
El brote de Lagunilla, además de afectar a municipios de Cáceres, restringe el aprovechamiento de los pinos en los montes de los términos municipales de El Cerro, Sotoserrano, Herguijuela de la Sierra, Pinedas, Horcajo de Montemayor, Madroñal, Colmenar de Montemayor, Valdelageve, Valdehijaderos, Aldeacipreste, Montemayor del Río, Peñacaballera, Puerto de Béjar y Cantagallo así como a parte de los de Miranda del Castañar, Villanueva del Conde, Monforte de la Sierra, Molinillo, Cristóbal, La Calzada de Béjar, Candelario y Béjar.
Entre las primeras medidas adoptadas por la Junta, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, invirtió 106.000 euros en 2018 para la realización de las labores de control y erradicación del foco de nematodo detectado en Lagunilla.
Del mismo modo, una vez que se detectó la infección el pasado año en Sotoserrano, la Junta estableció una nueva zona infestada de corta de 100 metros alrededor del nuevo brote, y una zona de 3.000 metros desde la zona infestada con intensidades de prospección y muestreo graduales, no siendo de aplicación el establecimiento de una nueva “zona demarcada” al estar el positivo dentro de los márgenes establecidos.
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