La senda amarilla de los piornos en la Sierra

La belleza natural de la Sierra de Béjar y Candelario atrae a numerosos amantes del senderismo y de los deportes de montaña durante todo el año, aunque es en estas semanas de primavera cuando ofrece un espectáculo natural similar a la floración de los cerezos en el Valle del Jerte y, en otras zonas como la limítrofe comarca de la Sierra de Gredos, han sabido aprovechar turísticamente para llenar estos meses intermedios entre el turismo de invierno y la actividad de verano.

Las montañas próximas a Béjar y Candelario empiezan a cubrirse de un característico manto de color amarillo debido a la floración de los piornos, también conocidos popularmente como escobas, que suban a la gama cromática de las montañas otra tonalidad más. Si en invierno el color característico es el blanco y en verano el verde, la primavera llega para teñir de amarillo esa sierra del sureste de la provincia de Salamanca.

Sin embargo, este 2023 es un año atípico por darse la circunstancia de que la primavera ha llegado muy temprana con temperaturas mucho más altas de lo habitual a estas alturas del año y más propias del mes de junio. A ello se une la fuerte sequía que sufre la provincia de Salamanca y el norte de Extremadura. Todo ello ha provocado que la floración de los piornos llegara antes de tiempo y alcanza ya la cota en torno a unos 1.900 metros de altura pero de forma irregular en las distintas zonas de la sierra.

Para ver ya el manto amarillo y disfrutar de unas espectaculares vistas de la comarca de Béjar, Guijuelo y la Sierra de Francia y, en días muy claros, incluso ver la capital salmantina, hay dos opciones próximas a Béjar y Candelario de forma accesible, ya sea tanto a pie como en coche.

Por un lado, es posible ver los piornos en flor desde la segunda plataforma de Candelario como punto más alto para llegar a la sierra en coche. Allí, la explanada permite divisar ya las escobas en flor en un año en el que, además, apenas ha habido precipitaciones en forma de nieve y, por tanto, el deshielo ha sido mínimo sin apenas agua. El inicio de este itinerario puede comenzar en la carretera de la sierra en Candelario. Desde allí se accede a un pinar en el que, a aproximadamente dos kilómetros, se encuentra la Cruz del Herrerito. Desde allí, antiguamente, se podía divisar Candelario pero el crecimiento de la vegetación impide disfrutar de esas visitas aunque si es posible disfrutar de un nuevo mirador hacia la zona de Peña Negra y el pantano de Navamuño. El recorrido sigue hacia la primera plataforma de El Travieso rodeado de pinos en donde se puede dejar el coche para seguir a pie o avanzar en el vehículo. Así se llega a la segunda plataforma que da acceso a pie a la Sierra para disfrutar de parajes como El Calvitero, Las Lagunas, La Ceja u Hoya Moros en un ruta de alta montaña.

La segunda opción es divisar los piornos en flor desde la carretera de La Covatilla. Se accede a ella a través del municipio de La Hoya en dirección Becedas, por la SA-100, para subir hasta la entrada al Pico Alaiz. A lo largo del recorrido, es posible ver el manto amarillo que cubre la sierra y que avanza en estos días hasta las cotas superiores. A aproximadamente un kilómetro de La Covatilla, existe una puerta con travesaños de madera que da acceso al monumento a María Auxiliadora a 2.000 metros de altura. Desde ese punto, también es posible ver los piornos pero, mayores, vistas de Béjar, Candelario, el pantano de Navamuño, Peña Negra y parte del suroeste de la provincia de Ávila.

Para realizar ambas rutas, es necesario llevar ropa adecuada, prendas de abrigo, agua, comida y calzado apto para caminar en terrenos de montaña con el objetivo de evitar lesiones y disfrutar de un completo día al aire libre.

• Temas
• Rutas turísticas
• Sierra de Béjar