El santuario salmantino que sufre una ola de robos: «No sabemos qué hacer; no podemos cerrar la iglesia»

El santuario de El Castañar en Béjar está siendo el escenario de intentos de hurtos con pequeñas cantidades de dinero que los ladrones extraen de los lampadarios. Aunque cuenta con cámaras de seguridad, saben cómo realizar los destrozos para extraer las pocas monedas que haya en su interior.

El último tuvo lugar la pasada semana cuando apareció uno de los lampadarios con el cristal que cubre las velas roto. Fue el sábado cuando unas mujeres avisaron a los padres teatinos que dirigen el santuario. «Rompieron el cristal y se ensañaron con el lampadario» explica el padre Vicente Roig, uno de los dos sacerdotes que integran la comunidad de teatinos. «Cuando vi todo lleno de cristales, me enfadé mucho» asegura para añadir que ese lampadario «estaba a prueba» ya que sustituía a otro anterior que también había sido objetivo de los ladrones. «Apenas se llevan dinero pero hacen daño» comenta y cifra en más de 2.000 euros la inversión realizada para subsanar los desperfectos ocasionado en el interior del templo de la Virgen del Castañar.

También explica Vicente Roig que los ladrones han dañado el sistema de luces y sonido existente en el interior del templo y detalla que se vieron obligados a encadenar la caja de donativos a un banco para evitar que se la llevaran y causaran más desperfectos.

«Este año está siendo un desastre y no podemos hacer nada» asegura resignado porque «no podemos tener el santuario cerrado ni tampoco podemos quitar las lamparillas» ya que, en este caso, «la gente no podría demostrar su devoción». Ese templo cuenta con cámaras de seguridad pero «se ríen de ellas» y reconoció que «pusimos una denuncia» en la Policía pero «no sirvió de nada».

Las misas en esa iglesia serán en estos meses de calor a las 09:00 horas y a las 20:00 horas de lunes a sábado y los domingos a las 13:00 horas y a las 18:00 horas. Por tanto, el templo permanece el resto del día, sobre todo por la tarde, sin actividad ni vigilancia más allá del goteo de fieles y las cámaras de seguridad.

Por ello, el padre teatino cree que los ladrones aprovechan a primera hora de la tarde para realizar los pequeños intentos de hurtos, y de hecho, tienen que valorar si cerrar el santuario es una buena medida ya que los fieles también acuden al templo para visitar a la patrona o al resto de imágenes. «En invierno, sube poca gente» reconoce en una situación que no sabe cómo atajar para frenar los intentos de robo.

«No sabemos qué hacer si cerrar o no algunas horas» porque «tenemos cámaras y alarma» en una situación a la que no están acostumbrados los padres teatinos ya que se trata de un paraje tranquilo pero sí piden colaboración ciudadana para intentar pillar a los ladrones.

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