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San Esteban de la Sierra
Jueves, 14 de septiembre 2023, 01:31
El tiempo estaba mejor este miércoles que el 13 de septiembre del año pasado en San Esteban de la Sierra cuando las inclemencias climatológicas echaron al traste con las previsiones de retomar las fiestas del Cristo en la localidad. Y es que, después de dos años de pandemia, había muchas ganas, pero en aquel momento no salió según lo previsto. En esta ocasión, sí pudo ser y la localidad celebró las vísperas del Cristo como manda su tradición: saliendo a primera hora de la tarde al castañar para cortar un inmenso castaño que, bajo la denominación de castillo, se plantó después en mitad de la plaza de la iglesia para quemarse después, una vez celebrada la gala inaugural de las fiestas.
Los jóvenes del pueblo marcharon junto con los integrantes de la Peña del Cristo hacia el castañar para elegir el tronco más apropiado. Este año dudaron poco y lo hicieron muy rápido ya que lo tenían previsto y se encontraba muy cerca del pueblo. Además del castillo, tenían que coger uno más pequeño que sirva hoy para la danza del ramo tras el ofertorio del Cristo en la Plaza Mayor.
El repique de campana anunciando a vísperas acompañaba a los voluntarios del castillo, que llegaban a la iglesia entre la algarabía de los numerosos vecinos allí congregados para cumplir con una tradición ineludible dentro de las fiestas de la localidad. Varios fueron los vecinos que participaron en el concurso de repique de campanas, una costumbre, la de tocar manualmente a vísperas, que lugar tanto en la víspera del Cristo en septiembre como en celebraciones como Santa Águeda, en el mes de febrero.
Con el castillo ya plantado en la iglesia, tenía lugar una merienda en la Plaza Mayor a cargo de la Peña del Cristo para comenzar después la búsqueda de la reina, Esther Hernández Martín, y sus damas: Vega Rodríguez Labrador y Marina Boyero García. También participó en los actos el pregonero de este año, que era José Miguel Martín Blanco “Mite”, encargado de desvelar sus recuerdos de infancia y juventud en San Esteban. Desde la Plaza, la comitiva marchó de nuevo hacia la iglesia, con la música de La Garrocha para disfrutar de la quema del castillo, que fue prendido por la reina de las fiestas. Los jóvenes comenzaban entonces a bailar alrededor del fuego mientras tocaban de nuevo las campanas de la iglesia.
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