Villarino de los Aires
Miércoles, 15 de enero 2025, 14:51
La participación de Maribel Montes Martín, de Villarino de los Aires, «nacida allí además», matiza, en el programa de 'La Revuelta', fue breve pero estelar. Desde su aparición en uno de los programas de televisión con más audiencia y en horario de prime time, no han parado de llover mensajes y llamadas de enhorabuena, incluyendo la del alcalde.
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Maribel, peluquera y esteticista afincada en Alcalá de Henares con su marido desde hace treinta años, acudió al programa en familia, incluyendo a su hija veinteañera, «más vergonzosa que yo», recalca. Y es que no es habitual mostrar la decisión de la que Maribel hizo gala en el programa. Todo comenzó cuando paseaba por Madrid con su marido, y se topó con un inquisitivo Jorge Ponce. Ya en este breve encuentro salieron a relucir sus orígenes: salmantinos, concretamente de Las Arribes. Fue este el detonante de una experiencia inolvidable, y una invitación que no pudo rechazar: acudir de público a 'La Revuelta'.
«Estamos encantados de la vida, es un auténtico show», asegura. Su plan no tenía fisuras. Maribel reunía todos los ingredientes para seducir a las cámaras y arrebatarle el protagonismo a Broncano. «Llevé unas almendras garrapiñadas de los almendros que tengo en Villarino». De las 300 personas que había de público, ella fue una de las tres elegidas para tener su momento de gloria, y lo aprovechó: «Lo tenía todo pensado». Por primera vez Maribel cantó en público la canción de «El Burro de Silguero», y hasta le lanzó a Grison algunas almendras, «que no cogió, claro, porque eran muy pequeñas».
Confirma sin ningún pudor que se lo pasó como una niña, y dio a su familia y a quienes la descubrieron en el programa, todo un espectáculo. «Seguro que ahora hay más gente que conoce Villarino, quizá lo hayan buscado, y Las Arribes en general». Maribel no pierde ocasión de vender con orgullo su municipio y tradiciones allá a donde va. «No canté la canción entera, porque no me la sé toda y tampoco hay tiempo», pero Maribel pudo pronunciar unas cuantas estrofas a capela. «Me salió bien», señala, complacida.
A pesar de los años, Maribel no ha perdido el contacto con su pueblo natal, al que regresa siempre que puede, y donde tiene una segunda residencia. «No he dejado de ir nunca, además mis padres vivían allí». Todavía brota la risa cuando rememora su aparición en el programa. «Es una experiencia que sin duda repetiría, y si hay ocasión de ir a otro programa, iré». El don del espectáculo corre por sus venas.
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