Entrevista a Ricardo Arnal

El propietario del bar de Sepulcro Hilario: «Mi intención era volver a trabajar en un hotel, pero aquí estamos»

¿Cómo llegó a usted esta oportunidad de negocio?

—Llevé ya un par de bares en un pueblo de Teruel y en uno de Guadalajara, y estoy metido en una página de Facebook que se llama «Repoblar Pueblos de España», y ahí apareció la oferta. Lo vi, vine hasta aquí para conocer el pueblo, el bar, al alcalde... Y me cogieron, tuve esa suerte.

¿Ha sido entonces un giro de vida inesperado?

—Si, ahora mi idea no era irme a un pueblecito, de hecho estuve trabajando de camarero en un hotel, y mi intención era irme a hacer la temporada de esquí de nuevo en este hotel, pero surgió esto, y me gustó. Me dije: «Voy a probar». Tengo una amiga que también trabaja en hostelería y estaba en el paro, y se lo dije, ya que una persona sola no puede llevarlo todo, es difícil. Me dijo que si, y aquí estamos. De momento estamos muy contentos, fue todo inesperado.

¿Ha decidido alojarse también en la vivienda que se ofertaba?

—Tenemos la opción de la vivienda, la antigua casa del médico, aunque necesita reforma, por lo que temporalmente me han dado otra muy cerquita del bar, que el Ayuntamiento ha alquilado a una vecina para nosotros. Pagaremos de casa y bar cincuenta euros mensuales, y los demás gastos corren a nuestra cuenta, claro.

¿Cómo están viviendo este cambio de una ciudad valenciana a un pueblo salmantino?

—Es un cambio radical, está claro que te tiene que gustar. Yo llevaba años ya fuera de Valencia, aunque haya pasado temporadas allí, así que, al haber estado en pueblos pequeños, ya estoy adaptado. Mi amiga por el contrario si ha notado más el cambio, especialmente el frío. Aún así nos estamos acoplando muy bien.

¿Dónde se ve en el futuro? ¿Le gustaría instalarse definitivamente en Sepulcro Hilario?

—Yo he firmado el contrato por cinco años, y luego es prorrogable si las dos partes están de acuerdo, pero tengo cincuenta años, y desde luego no me importaría jubilarme aquí. Sé que millonario no me voy a hacer, pero si me da para vivir y la cosa bien, no me importaría nada seguir aquí, aunque todo depende de cómo nos vaya económicamente, de si ellos están contentos...

¿Siempre se ha dedicado a la hostelería?

—En ello llevo diez años; antes de eso era comercial en una empresa de extintores, durante unos 15 o 16 años. Es un cambio de profesión curioso, desde luego. Estaba en el paro este momento, como mi amiga Carla, aunque tenía pensado volver en esta temporada al hotel que comentaba, pero no siempre me he dedicado a la hostelería.

¿El traslado ha sido difícil? ¿Algo que dejar atrás?

—Al ser ambos solteros no ha sido muy difícil, simplemente tomé la decisión, a mi amiga le pareció buena idea. Mi madre vino a visitar el pueblo conmigo en su día, eso si, y al día siguiente de celebró un pleno y me lo dieron. No sé, me gustó el pueblo y todo en general.

¿Qué tal la inauguración?

—La inauguración fue muy bien, la verdad, mucha gente, y todos contentos. Aquí estamos los dos trabajando en sacar esto. Me topé con la oportunidad, me llamó la atención y vine.